El aumento de la esperanza de vida es tanto un éxito social y sanitario como un desafío para nuestra sociedad. Nunca hubo tantas personas en la franja de 75 a 90 años. La necesidad derivada de este aumento es ayudarles a mantener la autonomía mientras se alarga su vida. El envejecimiento activo implica fomentar los hábitos saludables como factor a tener en cuenta para mantener la calidad de vida de los mayores.