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Gustave Flaubert

La educación sentimental

En La educación sentimental es todo una floración del arte por más que el autor solo pinte lo real. Con habilidad inmensa, y desde el suelo, imprime a todas las palabras que emplea una vibración tal que parecen caer desde una trompeta celestial. Émile Zola

Frédéric Moreau, un joven acomodado de Nogent-sur-Seine, una pequeña ciudad a unos 100 kilómetros de París, llega a la capital para iniciar sus estudios. Atrás deja a la joven Roque, que siempre ha estado enamorado de él y a quien ha dado vagas esperanzas. En un lapso que cubre la revolución de 1848, la instauración de la república y el golpe de Estado de Luis Napoleón que llevará al Segundo Imperio, se desarrolla «la historia de un joven», como dice el subtítulo de la novela, en una progresión de encandilamientos y decepciones, de amoríos y separaciones, contemplados con tanta minuciosidad como solapada sorna.
568 páginas impresas
Publicación original
2018
Año de publicación
2018
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Citas

  • michicompartió una citahace 3 años
    Qué necesidad hay de laboriosas bagatelas de las que no se puede sacar provecho alguno? ¿De esas Venus, por ejemplo, y todos esos paisajes? ¡No veo ahí enseñanzas para el pueblo! ¡Muéstrenos más bien sus miserias! ¡Entusiásmenos con sus sacrificios! ¡Por Cristo, no será que falten temas! La granja, el taller…
  • michicompartió una citahace 3 años
    Pellerin exclamó:
    –¡Déjenme en paz con esa repugnante realidad suya! ¿Qué significa eso de la realidad? Hay quienes ven en negro y quienes ven en azul, la muchedumbre ve en tonto. ¡Nada menos natural que Miguel Ángel y nada que tenga más fuerza! La preocupación por la verdad externa demuestra la bajeza contemporánea; y el arte llegará a ser, si seguimos así, a saber qué insignificancia con menos poesía que la religión y menos interés que la política. No conseguirán ustedes los objetivos de ese arte (¡sí, sus objetivos!) que son causarnos una exaltación impersonal con obras de poca monta, por mucho que anden trampeando en la ejecución. Vean los cuadros de Bassolier, por ejemplo: ¡es cosa bonita, coquetona, agradable y ligera! ¡Cabe en el bolsillo y puede llevarse de viaje! Los notarios los compran por veinte mil francos; y hay en ellos quince céntimos de ideas; pero ¡sin la idea no hay nada grande! Y ¡sin grandeza no hay hermosura! ¡El Olimpo es una montaña! El monumento más audaz siempre serán las pirámides. ¡Más vale la exuberancia que el gusto, el desierto que una acera y un salvaje que un peluquero!
  • michicompartió una citahace 3 años
    Pellerin se leía todas las obras de estética para dar con la auténtica teoría de lo Bello, convencido de que, cuando la encontrase, haría obras maestras.

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