Pero es también un signo de los nuevos tiempos, en que perros cabalgan sobre hombres para protegerlos de otros hombres. Una reminiscencia de aquellos grandes tiempos en que se adiestraba a los hombres como perros y, con una simpática combinación de conceptos, los llamaban «perros cerdos»—u otras cosas parecidas—quienes eran perros sabuesos (aunque más valía no llamarlos así).