Citas
No se trata ahora de ninguna satisfacción—dijo el caballero vestido de rojo, que hasta entonces no había hablado—sino de expiación.
De qué forma, una y otra vez, seducidos por las palabras, calificamos y juzgamos calles, destinos y personas, por perezosa costumbre.
¡¿Había que jugársela siempre sólo por deber, por espíritu de sacrificio, y nunca por capricho, por pasión o, simplemente, para medirse con el Destino?!
Opiniones
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