Sarah Waters

Ronda nocturna

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Ronda nocturna nos cuenta la vida de cuatro jóvenes londinenses durante el Blitz y la dura posguerra: el atribulado Duncan, su insatisfecha hermana Viv, la compañera de trabajo de ésta, Helen, fatalmente enamorada, y la ex enfermera Kay, siempre en busca de un nuevo amor. La acción se sitúa en 1947, 1944 y 1941: retrocediendo en el tiempo iremos descubriendo exactamente en qué medida afectó la experiencia de la guerra a estos personajes y se irá revelando la verdadera naturaleza de sus comportamientos actuales, así como la dimensión del laberinto sentimental en el que están atrapados y las inesperadas relaciones existentes entre ellos. Además de ser una conmovedora historia de amor y traición en tiempos de guerra, en Ronda nocturna, la mejor novela de Sarah Waters, se retratan los sueños rotos de toda una generación y se diseccionan las costumbres y la moral de la sociedad británica de posguerra.
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553 páginas impresas
Publicación original
2007
Año de publicación
2007

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Opiniones

  • Lorena Alejandra Balzaretticompartió su opiniónhace 6 años
    🎯Justo en el blanco
    🚀Adictivo

    ¡Extraordinario!

Citas

  • Azafran Hernándezcompartió una citahace 6 años
    Es Vivien? ¡Viv, ven a verme! No puedo levantarme.
    –Está clavado en el suelo –dijo Mundy, sonriendo.
    –¡Ven a ver! –gritó de nuevo Duncan.
    Ella empujó la puerta de la sala y entró. Duncan estaba tumbado de bruces en la alfombra delante de la chimenea, con un libro abierto, y sobre la región lumbar tenía sentada la gatita atigrada de Mundy. La gata flexionaba sus patas delanteras como si estuviera amasando algo, y estiraba y retraía los dedos y las zarpas, ronroneando de gusto. Al divisar a Viv, entornó los ojos y se movió más aprisa. Duncan se rió.
    –¿Qué te parece? Me está dando un masaje.
  • Azafran Hernándezcompartió una citahace 6 años
    Viv asintió, pero esta vez con cierta vaguedad. Fumó su cigarro y se quedaron varios minutos sentadas en silencio.
    Ya ha caído el telón, pensó Helen, porque estaba acostumbrada a que Viv hiciera aquello: contar pequeñas confidencias, referir recuerdos y después retraerse de golpe, como si se hubiera ido de la lengua.
  • Azafran Hernándezcompartió una citahace 6 años
    Las palabras prosiguieron, como una lluvia de golpes delicados de un amante severo

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