Libros
G.K. Chesterton

Cómo escribir relatos policíacos

Los relatos del padre Brown han entrado a formar parte de nuestra mitología particular. Las historias detectivescas protagonizadas por un sacerdote católico, sin más ayuda que su sentido común, un formidable conocimiento del género humano y un paraguas, nos llegan arropadas por un perspicaz candor que nos las hace profundamente amigas. De ellos, Borges afirmó que cuando el género policial hubiera caducado, el porvenir seguiría leyéndolos. Pero Chesterton no escribió solamente estos relatos (agrupados en Acantilado bajo el título Los relatos del padre Brown), sino que también consagró diversos ensayos al género policial, publicados en muy diversos lugares. En este volumen se reúnen, por primera vez, todos ellos. El lector encontrará, mucho más que una curiosidad, un indeliberado manual entusiasta, culto y espiritoso del perfecto escritor de relatos de misterio.
237 páginas impresas
Propietario de los derechos de autor
Bookwire
Publicación original
2011
Año de publicación
2011
Editorial
Acantilado
Traductor
Miguel Garcia
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Citas

  • Alejandra Arévalocompartió una citael año pasado
    Fui un gran lector de novelas hasta que empecé a reseñarlas y, como es natural, tuve que dejar de leerlas. No quiero decir que cometiera una gran injusticia; al contrario: las estudié y critiqué con la intención de ser lo más justo posible, pero a eso no lo llamo «leer novelas» en el antiguo y delicioso sentido que tenía antes. Aunque las leyera enteras, seguía leyéndolas a toda prisa, lo que va en contra de mis instintos por el mero placer de la lectura.

    Razones por las que ya no hago videos en YouTube reseñando libros XD

  • Alejandra Arévalocompartió una citael año pasado
    Pero una novela sin muertes sigue siendo una novela sin vida. Admito que las mejores novelas de mesa camilla son arte con mayúsculas, como por ejemplo Emma o La abadía de Northanger. El genio en estado puro puede convertir en arte cualquier cosa. Miguel Ángel podía hacer estatuas del barro y Jane Austen podría hacer novelas a partir del té con pastas (una mezcla mucho más despreciable). Pero, en general, sigo convencido de que una novela en la que alguien no mate a otro probablemente no contenga más que un montón de personajes hablando de trivialidades, sin esa silenciosa presencia de la muerte que constituye uno de los lazos espirituales más fuertes de la humanidad. Sigo prefiriendo la novela en que una persona mata a otra a la novela en que todos los personajes tratan débil (e inútilmente) de insuflarse vida unos a otros.
  • Alejandra Arévalocompartió una citahace 2 años
    La cualidad específica de esta clase de relatos es estrictamente eso que llamamos ingenio; es necesario que tengan inventiva, estén bien construidos y posean agudeza, igual que un chiste en un periódico satírico. Una obra así es inefablemente superior a la mayor parte de las obras serias mediocres. Tiene que tener algo; no puede ser una completa impostura. Cualquiera puede fingir que es sabio, pero no que es ingenioso. Los chistes que nos cuentan tal vez sean mucho peores en nuestra opinión que en la de los demás, pero deben ser chistes y no misterios sin forma definida, como tantas obras filosóficas modernas.

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