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Sandra Hochman

Nota de despedida

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La mítica novela de un ícono del feminismo estadounidense.

Para Diana Balooka -madre, escritora, bailarina de claqué-, el matrimonio siempre ha sido una continuación del divorcio. Ahora, con cuatro hijos, un terrier zulú como mascota y una nueva relación a la que poner fin, repasa su frenético diario sentimental: desde la granja de su abuelo en Albany, deteniéndose en París o Ciudad Juárez, hasta la desquiciada y desquiciante Nueva York de finales de los años sesenta.
Como escribió Philip Roth, gran admirador de esta ya mítica novela, «"Nota de despedida" es una suerte de Herzog concentrado y erotizado, la cara femenina de la locura del divorcio. A medida que cada uno de los capítulos gira y gira sobre su propio cómico y excéntrico eje, la realidad del desastre marital va desplegándose convincentemente gracias al angustiado entusiasmo de la narradora. Y tan afilado es el retrato del desconcierto sexual, tan concentradas las escenas de irónica indignación y perpleja emotividad, que uno termina pensando en la protagonista como en una fugitiva de la "En la Colonia Penitenciaria" de Kafka, con la sentencia de divorcio marcada en la piel».

«Sus palmadas de alegría, en las que se insinúa siempre la sombra de algún fantasma, otorgan a cuanto escribe una sensual intensidad». NORMAN MAILER

«Exceptuando a Sylvia Plath, no conozco a ninguna otra escritora capaz de reflejar lo que es ser mujer con una prosa tan bella». ANNE SEXTON

«Una obra de primera categoría que destaca por su autenticidad e ingenio». PHILIP ROTH
Este libro no está disponible por el momento.
277 páginas impresas
Publicación original
2019
Año de publicación
2019
Editorial
Siruela
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Opiniones

  • MARTEScompartió su opiniónhace 4 años
    🙈Ni fu ni fa

Citas

  • Sócrates Ramírezcompartió una citahace 4 años
    El cariño desapareció de repente. Desapareció la ternura, dejamos de hablarnos y de hacer el amor. No hablábamos. No nos tocábamos. Y entonces, ¿cómo se comunica la gente? Con los ojos, se comunica con los ojos. Pero él nunca me miraba a los ojos. Yo no apartaba la mirada de los suyos, buscaba una mirada suya que me dijera algo, y no encontraba nada.
  • Sócrates Ramírezcompartió una citahace 4 años
    Cartas que eran listas de indicaciones, sin alma. Solubles en agua y poco más.
  • Leida Castellanoscompartió una citahace 5 años
    A mí me va demasiado el espíritu de la comedia como para acabar sin mi repiqueteo final: a veces tenía la sensación de que me quería quedar, y a veces tenía la sensación de que me quería ir.

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