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Claudia Piñeiro

Elena Sabe

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Poco después de que Rita aparece muerta en la iglesia que  suele frecuentar, la investigación se da por cerrada, y  su madre es la única que no renuncia a esclarecer el crimen. Pero, jaqueada por la enfermedad, es también la menos indicada para encabezar la búsqueda del asesino.Un penoso viaje de los suburbios a la Capital, una vieja deuda de gratitud, una conversación reveladora. Estos son los hechos que pone en escena esta novela que, como Las viudas de los jueves, no sólo desnuda los secretos de sus personajes sino también las facetas ocultas del autoritarismo y la hipocresía que conforman nuestra sociedad.Otra historia atrapante, íntima y aguda de la autora de Las viudas de los jueves.
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143 páginas impresas
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Opiniones

  • Melany Gómezcompartió su opiniónel año pasado
    👍Me gustó

  • Juan Pablo H. Domínguezcompartió su opiniónhace 4 años
    🎯Justo en el blanco

Citas

  • Melany Gómezcompartió una citael año pasado
    n que están las mías, le dijo. Y Elena, que a pesar del músculo esterno cleido mastoideo, de la baba y de la manga que no se deja calzar quiere seguir viviendo, no cree que su hija haya tenido tampoco voluntad de morirse. No puede creerlo. Pero muerta está. No puede haber subido a ese campanario esa tarde de lluvia, no puede haber atado la soga a la campana para luego pasarla por su cuello, no puede haber hecho ese nudo, no puede haber pateado la silla que la sostenía para dejarse colgar con su peso hasta morir. No puede. Ella no habría podido. Y esa tarde llovía. Elena sabe que no fue un accidente como le ase
  • Melany Gómezcompartió una citael año pasado
    Allá va, un pie delante del otro, a pesar de que ya nadie pueda devolverle al rey su corona, ni a su hija la vida, ni a ella su hija muerta.
  • Karla Cancholacompartió una citahace 3 años
    hija fue aunque llovía, su hija fue porque llovía y porque había algo que la asustaba más que la lluvia. Yo, se acusa Elena. Isabel la mira, y dice, el cuerpo de los otros, a veces, asusta.

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