Carson McCullers

Dulce como un pepinillo, limpio como un cerdito

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Una maravillosa colección de poemas breves para que los lectores más jóvenes disfruten de una de las grandes autoras americanas del siglo XX.

En 1964, Carson McCullers publicó Dulce como un pepinillo, limpio como un cerdito casi por casualidad, cuando su editora, Joyce Hartman, se encontró con varios de los poemas y le pidió ver más.

En los veinte poemas que recoge esta edición bilingüe, la prestigiosa autora muestra de forma fresca y emotiva la mirada llena de inocencia, asombro y alegría de los más pequeños, así como su capacidad para cuestionar aquello que los adultos damos por hecho.

Las delicadas y divertidas ilustraciones de Rolf Gérard, aclamado escenógrafo y pintor alemán, consiguen captar la esencia de ensueño y contemplación con la que McCullers evoca la realidad en estos versos.
Este libro no está disponible por el momento.
41 páginas impresas
Publicación original
2020
Año de publicación
2020
Editorial
Siruela
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Opiniones

  • Ana Saenzcompartió su opiniónhace 4 años
    👍Me gustó
    🎯Justo en el blanco
    🐼Adorable

    Bellos y graciosos versos de mil colores dado que nuestro mundo es multico,or

  • Patricia Suárezcompartió su opiniónhace 5 años
    🐼Adorable

    Muy dulce, lindas rimas

  • lorenjktcompartió su opiniónhace 5 años
    👍Me gustó
    😄Divertido
    🐼Adorable

    Es exelente para empezar con esta autora.
    Creo que aunque es un libro para niños (se entiende de esa manera) los adultos también pueden disfrutar de este. Que linda es Carson 💕

Citas

  • Moncerratcompartió una citahace 4 años
    Nadie le quería, solo su madre.

    Y cuando le expulsaron, dijo: «No es

    un niño malo,

    es un niño triste...». Porque

    nadie le quería, solo ella, su madre.
  • Cristian David Hernandez Chavescompartió una citahace 6 meses
    En la voz de mi madre se oían a la vez

    tristeza y alegría al hablar del ayer.

    Le pregunté qué fue del mono y del hombre del mono.

    «Bébete la leche, mi vida. ¡Qué sé yo!

    ¡Hace ya tanto tiempo que pasó...!».
  • Cristian David Hernandez Chavescompartió una citahace 6 meses
    que en las tardes de estío, tan largas,

    tocaba al organillo alegres tonadas.

    El mono disfrazado daba pasos de baile.

    El mono disfrazado hacía cabriolas en el aire.

    Y entre bailes y cabriolas, solemnes reverencias

    mientras pasaba la gorra.

    Los niños riendo le echaban monedas

    de uno, de cinco y a veces de diez.

    Por diez centavos te daba un apretón de manos

    y saludaba al hombre con la gorra.

    Por veinticinco repetía

    sus solemnes reverencias,

    mientras el hombre sonreía

    al son de las dulces tonadas

    aquellas tardes verdes y doradas».

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