Libros
Fiódor Dostoievski

El idiota

«Necesito tratar con buenas personas», dice el joven príncipe Lev Nikoláievich Myshkin al llegar a San Petersburgo, después de pasar cuatro años en un sanatorio suizo tratándose el «mal caduco». Apenas tiene dinero y su única esperanza es una pariente muy remota, Lizaveta Profófievna Yepanchiná, casada con un general retirado y madre de tres hijas. El mismo día de su llegada es un cúmulo de incidencias: desde la acogida –mezcla de curiosidad y suspicacia— que le dispensa su lejana familia hasta una noche de escándalo y humillaciones en casa de una bella mujer de mala reputación, Nastasia Filíppovna, cercada por varios pretendientes. Se encuentra de pronto, en fin, arrojado al acontecer, en medio de «una gente extremadamente rara», como un eremita obligado a socializar. Con su candidez e inconsciente indiscreción, a lo largo de la novela no dejarán de llamarlo «idiota», pero también «artista», «enfermo», «loco», «niño»; y algunos creen que es un tipo astuto que esconde algún as bajo la manga. Él es incapaz de comprender la mentira, el desdén, la bajeza, la «extraña e incesante necesidad de ser y sentirse permanentemente agraviado», el «estado febril» en que él mismo se sumerge a veces. «Estoy de más en la sociedad», llega a pensar, pero la compasión y un impulso de ser de algún modo útil le impiden abandonar, con dramáticas consecuencias. Escrita después de Crimen y castigo y antes de Los demonios, de nuevo en un largo período de penurias, El idiota (1868–1869), que aquí presentamos en una nueva traducción de Fernando Otero Macías, inicia el ciclo final de obras maestras de Dostoievski. Como ellas, ha propiciado múltiples lecturas, pero sigue siendo la más enigmática e imprevisible de todas.
993 páginas impresas
Publicación original
2020
Año de publicación
2020

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Citas

  • Iván Rodríguez Cruzcompartió una citael año pasado
    Mi único deseo es que seas feliz, y tú lo sabes; he aceptado mi destino, pero mi corazón estará siempre contigo, tanto si seguimos juntos como si nos separamos.
  • 🌟compartió una citahace 3 años
    Preguntadles, preguntadles tan solo dónde creen todos ellos, del primero al último, que reside la felicidad. Oh, podéis estar seguros de que Colón no fue feliz cuando descubrió América, sino cuando se disponía a descubrirla
  • Didí Gutiérrezcompartió una citahace 6 meses
    gusto de algunos personajes de la obra– de la vida social, le dio muchos quebraderos de cabeza al autor, el cual se declaró insatisfecho con el resultado final, que quedaba muy por debajo, a su juicio, de sus expectativas iniciales.

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