Italo Calvino

La jornada de un escrutador

Avisarme cuando se agregue el libro
Para leer este libro carga un archivo EPUB o FB2 en Bookmate. ¿Cómo puedo cargar un libro?
«Puedo decir que escribir algo tan breve me llevó diez años, más de lo que había empleado en cualquier otro trabajo mío. La primera idea de este relato la tuve precisamente el 7 de julio de 1953. Estuve en el Cottolengo durante las elecciones unos diez minutos. No, no era escrutador; era candidato del Partido Comunista (candidato para completar la lista) y como candidato visitaba los colegios electorales donde los candidatos de la lista pedían la ayuda del partido para los problemas que pudieran surgir. De ese modo, presencié una discusión en una mesa electoral del Cottolengo entre democristianos y comunistas del tipo de la que constituye el centro de mi relato. Y fue entonces cuando se me ocurrió la idea del relato (…). Me puse a escribirlo pero no me salía (…). El resultado fue que quedé completamente incapaz de escribir durante muchos meses… Italo Calvino
Este libro no está disponible por el momento.
87 páginas impresas
Publicación original
2012
Año de publicación
2012
Editorial
Siruela
¿Ya lo leíste? ¿Qué te pareció?
👍👎

Opiniones

  • temabazaricompartió su opiniónhace 5 años
    👍Me gustó
    🎯Justo en el blanco

Citas

  • Jonathan Lomelicompartió una citahace 8 meses
    Hasta la última ciudad de la imperfección tiene su hora perfecta –pensó el escrutador electoral–, la hora, el instante en el que en cada ciudad está la Ciudad.
  • Jonathan Lomelicompartió una citahace 8 meses
    (en cambio, las cosas fueron cada vez más complejas, y cada vez fue más difícil distinguir lo positivo de lo negativo dentro de cada cosa positiva y negativa, y se hizo más necesario desdeñar las apariencias y buscar las esencias no provisionales: pocas y aun inciertas...)
  • Jonathan Lomelicompartió una citahace 8 meses
    «Parecemos Caperucita Roja que va a ver a su abuelita enferma –pensó Amerigo–. Posiblemente, si abrimos la cortina, no encontraremos a la abuela sino al lobo.» Y añadió mentalmente: «Cada abuela enferma siempre es un lobo».

En las estanterías

  • Ediciones Siruela
    Siruela
    • 912
    • 718
fb2epub
Arrastra y suelta tus archivos (no más de 5 por vez)