Libros
Mircea Cartarescu

El Levante

Mircea Cartarescu comenzó a escribir “El Levante” en 1987, cuando era un amargado profesor en una escuela de barrio en Bucarest. Recién casado y con una hija pequeña, escribía en la cocina, en su máquina de escribir Erika, sobre un mantel de hule; con una mano tecleaba y con la otra mecía el cochecito de la niña.
Concluyó la obra pocos meses antes de la caída del comunismo, sin soñar siquiera con la posibilidad de publicarla. El resultado fue uno de los experimentos poéticos más fascinantes escritos jamás: una epopeya heroico-cómica, que es también una aventura a través de la historia de la literatura rumana, que sigue la técnica utilizada por James Joyce en el capítulo del Ulises “Los bueyes del sol”. Pero no hace falta conocer la literatura rumana para disfrutar como un niño de las aventuras del poeta Manoil, de Zotalis, de la bella Zenaida, del temible Yogurta, de los piratas y ladrones que pululan por las aguas del Mediterráneo, y de acompañarles en su propia Odisea, plagada de batallas, amores y deserciones. Un delicioso escenario bizantino donde se confunden realidad y ficción, y un cautivador relato que invita a una lectura gozosa, pueril, inolvidable.
195 páginas impresas
Propietario de los derechos de autor
Bookwire
Publicación original
2015
Año de publicación
2015
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Citas

  • Adal Cortezcompartió una citael año pasado
    Y luego, al proclamado se le dedican unos himnos tan odiosos que te preguntas qué es más ruin y más vergonzoso, ¿ser el déspota o el artista que adula a semejante bestia? Señor, ¿dónde está el hombre noble que te permitirá olvidar el vómito y la inmundicia de este mundo? ¿Dónde está el justo de Sodoma? ¿Dónde está aquel al que Diógenes buscaba día y noche con una vela de la que goteaba una cera límpida como una lágrima?
  • Adal Cortezcompartió una citael año pasado
    El que aspira al poder no reconoce en este mundo ni madre ni padre, arrolla a millones de esclavos y los somete al trabajo; él, que no ha trabajado jamás. A sus hijos los coloca sucesivamente en los mejores puestos. Quien lo consigue es grande. El que se afianza en su posición domina junto con los advenedizos que lo apoyan.
  • Adal Cortezcompartió una citael año pasado
    Pero se echaron a temblar cuando ante ellos apareció otro milagro: un montón de tubos que brotaban de un cubo donde hervía una espuma negra, cerebral, llena de estrellas; de esta especie de chimeneas emanaba humo. El humo cuaja en esferas temblorosas, efímeras, que giran por el aire suavemente, pues todas son planetas de verdad, con pueblos y reyes, con flora y fauna, con leyes incomprensibles, con historias sangrientas, con inventos, con genios, señores y esclavos, con enfermedades, con cristales… Todas, todas confían en ser inmortales, pero finalmente todas estallan como pompas de jabón, pues la mentira, la tiranía y la estupidez acaban por vencer a la verdad y la destruyen.

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