Oportunamente se ha venido observando que las páginas de los originales muestran una constante oscilación, una tensión «entre fragmento y sistema», entre la desordenada necesidad de liberar a las reflexiones y a los análisis más variados, y a la aspiración a un orden, más que al contenido que continuamente se manifiesta, para luego ser a su vez refutada por una especie de inminente imposibilidad.