El texto adoptaba una sólida tonalidad libertaria, especialmente en la fórmula, propuesta por Trotski, que proclama que en una sociedad revolucionaria el régimen de los artistas debería ser “anarquista”, es decir, cimentado sobre la libertad ilimitada.

Para hacerlo, es necesario comprender los orígenes de cada uno de los factores involucrados, que están en la intersección de restricciones impuestas tanto por la biología del cerebro como por el entorno y la cultura en los cuales este despliega su acción.

Con pleno derecho podría juzgarse esta ambición como desmesurada. No faltan quienes consideran que la psicología es una “ciencia blanda”. Tienen dudas de que cuente con métodos y con resultados experimentales cuya calidad se acerque siquiera un poco a la propia de la física o de la química.