Quizá el punto más evidente, o en todo caso el que debe importarnos aquí, es que esta salida del mundo de la tradición, este verdadero tornado sobre la humanidad que en apenas tres siglos barrió con formas de organización que habían durado milenios, creó una crisis subjetiva cuyas causas y extensión podemos percibir hoy en día, y uno de cuyos aspectos más notables es precisamente la dificultad extrema y cada vez mayor que la juventud experimenta para ubicarse en el nuevo mundo.