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Libros
Kiran Millwood Hargrave

Más allá del invierno

  • Yeibookcompartió una citahace 2 meses
    Un invierno que llegó y nunca se fue.
  • Yeibookcompartió una citahace 2 meses
    Fue un invierno del que se contarían cuentos.
  • Dianela Villicaña Denacompartió una citahace 2 años
    Porque los muchachos se convierten en hombres. Porque sin los hombres, con el tiempo, no quedará nadie en el eterno invierno del bosque. Pronto os habré echado a todos. —Enfatizó las palabras con un fuerte pisotón
  • Dianela Villicaña Denacompartió una citahace 2 años
    Si peleáis, os quebraré las mentes. Moriréis sin saber quiénes sois y olvidaréis que alguna vez os quisieron. Desapareceréis sin recuerdos
  • Dianela Villicaña Denacompartió una citahace 2 años
    las palabras le retumbaban en la cabeza, con tanta fuerza que acallaron sus propios pensamientos. «Ataos. Ataos». Mila trató de resistirse y, a su lado, Sanna también se retorció.
  • Dianela Villicaña Denacompartió una citahace 2 años
    La rabia la empujaba mejor que el miedo. Antes de que se diera cuenta, había llegado a la rama que había justo debajo del bulto, encerrado en oro, y cortó un cordel detrás de otro, que se marchitaban y caían
  • Dianela Villicaña Denacompartió una citahace 2 años
    Ven aquí, Pípa —siseó el Oso e intentó atraparla, pero la niña lo esquivó.
    No tenía poder sobre ella. «¡Claro! —pensó Mila—. ¡No tiene su nombre verdadero!»
  • Dianela Villicaña Denacompartió una citahace 2 años
    No lo pienses así —recordó la voz de su madre—. Pon una mano detrás de la otra hasta que llegues arriba. Una mano cada vez».
    Mila bajó la mirada, escudriñó la corteza y encontró el primer punto de apoyo. El tronco estaba extrañamente caliente. Le recordó al cordel y su pulsación intermitente
  • Dianela Villicaña Denacompartió una citahace 2 años
    Mila vio cómo la arboleda oscilaba, como mecida por la brisa. Los cordeles dorados se desvanecieron y se volvieron negros, igual que la corteza del árbol corazón. Se moría y el poder del Oso moría con él. Los chicos despertaron, recordaron quiénes eran y lucharon por liberarse de la corteza carbonizada. Las ramas se convirtieron en brazos, torsos y rostros aterrorizados.
  • Dianela Villicaña Denacompartió una citahace 2 años
    Mila olió a quemado. Le pareció tan fuera de lugar que tardó en entenderlo, pero, cuando se volvió hacia el árbol caído, este resplandecía a causa del sol primaveral, que había atrapado el tronco muerto en sus fauces y lo estaba devorando. Las llamas saltaban rápidas y más alto a cada segundo que pasaba
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