Anyta Sunday

Piscis pesca a Tauro

Avisarme cuando se agregue el libro
Para leer este libro carga un archivo EPUB o FB2 en Bookmate. ¿Cómo puedo cargar un libro?
Piscis pesca a Tauro. Pero todavía no se ha dado cuenta. Zane Penn, un piscis romántico y creativo, tiene su vida planeada al dedillo: tendrá una primera cita perfecta, se enamorará, se casará y vivirá su felices para siempre. Y todo esto lo hará antes de que le caduque su visado. Beckett Fisher, un tauro paciente y con los pies en la tierra, no cree en el amor a primera vista. Ni en los finales felices. Y, según parece, tampoco cree en el plan maestro de Zane. Pues de eso nada. Ha llegado el momento de enseñarle al guapísimo y magnífico profesor que esas cosas sí pasan. Ha llegado el momento de mostrarle que puede tener un alma gemela, un amigo del alma… … Ha llegado el momento de preguntarse por qué esto parece mucho más que una amistad. El soñador de piscis necesitará a un tauro fiel y leal para poner nombre a esos sentimientos nuevos y desconocidos.
Este libro no está disponible por el momento.
274 páginas impresas
¿Ya lo leíste? ¿Qué te pareció?
👍👎

Opiniones

  • Gianella fernanda Mendizabal florescompartió su opiniónhace 2 años
    👍Me gustó

    Hasta ahora el mejor libro que leí de la saga ❤️ mi favorito

Citas

  • Gianella fernanda Mendizabal florescompartió una citahace 2 años
    los romances no funcionan así. Uno no se enamora y se lanza en picado hacia ese amor, esperando que cada día sea mejor que el anterior. Cuando uno se lanza, termina cayendo; termina golpeando el suelo. De lo que se trata es de ponerse en pie de nuevo y trepar juntos hasta la cima. Y volver a caer. Una y otra vez, hasta el final. Y no digo que darse de bruces contra el suelo no duela. O que trepar y llegar a lo más alto sea fácil. Solo digo que merece la pena volver a saltar.
  • Gianella fernanda Mendizabal florescompartió una citahace 2 años
    «—¿Y tú cómo vas a morir?
    —Corazón roto, sin duda —había contestado Zane.
    —No se puede morir de eso.
    —Sí, sí que se puede. Le pasó a mi abuela cuando mi abuelo murió. Estaba sanísima, como una rosa. Pero cuando él falleció, perdió las ganas de vivir y, seis meses más tarde, también nos dejó. Lo quería tantísimo que perderlo la rompió. Y yo deseo morir así también.
    —¿Cómo que deseas morir así?
    —Me refiero a habiendo amado de verdad, Becky. Y habiendo sido amado de la misma forma».
  • c a t hcompartió una citahace 3 años
    —No me des un regalo de despedida, por favor. Ni siquiera te despidas de mí.
fb2epub
Arrastra y suelta tus archivos (no más de 5 por vez)