Libros
Heike Behrend

La humanización de un mono

Mona, bufona, bruja, espía, mal espíritu o caníbal. Estos fueron algunos nombres que la población local utilizó para referirse a Heike Behrend durante sus investigaciones de campo en África Oriental. Con el tiempo, comprendió el significado de estos calificativos: eran formas que tenían los pueblos estudiados para referirse a lo extraño, a lo ajeno a la comunidad. En concreto, «mona» fue el nombre con el que se refirieron a ella los habitantes del pueblo Bartabwa, en Kenia, con el que convivió un tiempo.
Lejos de ser una palabra despectiva, con ella designaban a los niños, porque vienen de los simios y están en proceso de transformarse en hombres. Descubrir esto le permitió a la autora realizar un análisis desprejuiciado de los grupos humanos, explorando al mismo tiempo otra manera de conocerse a sí misma. Heike Behrend define su libro como un relato etnográfico, pero también como una «historia de enredos, más bien poco heroicos, y malentendidos culturales». Es, además, una historia que recoge las experiencias y palabras de la población estudiada, que forman parte no solo de un relato científico, sino también de la propia biografía de la autora.
304 páginas impresas
Propietario de los derechos de autor
Bookwire
Publicación original
2022
Año de publicación
2022
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Opiniones

  • Yatzel Roldáncompartió su opiniónhace 2 años
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Citas

  • Yatzel Roldáncompartió una citahace 2 años
    El mono de Kafka dirige la mímesis contra el entorno que imita; me mostró también a mí un camino para distanciarme de la academia dentro de ella: el mono académico como inversión subversiva y parodia de la cultura científica y universitaria, con sus formas algunas veces gratas y felices, pero a menudo también ridículas, atroces y violentas de conocimiento de uno
  • Yatzel Roldáncompartió una citahace 2 años
    mismo y de los otros, incluida la investigación etnográfica de campo
  • Yatzel Roldáncompartió una citahace 2 años
    Como el mono de Kafka, reconozco como miembro de la academia los actos de amaestramiento y sometimiento propios y extraños que las instituciones académicas exigen no solo de los científicos, sino que también ejercen sobre los sujetos de la investigación. Como el mono de Kafka, llevé una vida en el escenario de los ensayos, que hacía necesaria, junto con la observación de otros, una observación continua de mí misma, y realicé una multitud de salidas a escena que fueron más bien ridículas y solo a veces exitosas

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