Cuando se incorpora, el haz de la linterna ilumina una oreja oscura, como un higo chamuscado. Marcia intenta seguir la rutina pero se da cuenta de que no puede. Tiene la impresión de que esa oreja es otra advertencia. Cierra los ojos para no ver las llamas. El calor igual quema. La puerta queda entreabierta y hay un silencio roto por la voz del profesor y el ruido lejano de la calle. En el momento en que la figura desaparece en la escalera la luz vuelve