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Edgardo Mondolfi Gudat

El día del atentado

La mañana del 24 de junio de 1960, Rómulo Betancourt se disponía a presidir el tradicional desfile militar en la avenida Los Próceres cuando el vehículo que lo conducía fue alcanzado por una poderosa carga explosiva que estalló a su paso. El presidente, quien ya había sorteado peligros de magnitud, se vio, como nunca antes, al borde de la muerte.

El presente volumen pretende seguirle la pista a la manera como fue concebido este atentado y la complicidad de quienes actuaron para llevarlo a cabo. El expediente de los implicados, sus confesiones, las armas utilizadas, los explosivos, la forma como fue tramado desde Santo Domingo bajo el patrocinio de Rafael Leonidas Trujillo y la cacería humana que se organizó para capturar a los autores materiales de archivo y en reportajes y testimonios publicados por la prensa de la época. Este libro se propone, a fin de cuentas, poner en perspectiva lo que significó el largo duelo entre Betancourt y Trujillo, uno de cuyos desenlaces fue aquel brutal atentado al cual el presidente venezolano, por su manera de ser y por su moral política, no pretendió convertir jamás episodio glorioso ni consagrarlo en el santoral republicano.
331 páginas impresas
Propietario de los derechos de autor
Bookwire
Publicación original
2016
Año de publicación
2016
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Citas

  • Sócrates Ramírezcompartió una citahace 4 años
    «[Una] disposición oficial [de 1936] (…) impone el nombre de Ciudad Trujillo a la capital de la República, en franco reconocimiento al Generalísimo Rafael Leonidas» (ibíd., 29). Como se trataba de la única manera de viajar –apunta por su parte Manuel Felipe Sierra– los músicos aceptaron el arreglo pero, ya en alta mar decidieron burlar la imposición trujillista y cambiarle el nombre a la orquesta por «Billo’s Happy Boys» (Sierra, 2011: 204).
  • Sócrates Ramírezcompartió una citahace 4 años
    Si por alguna razón cabe insistir en ello es porque se trata de un dato que vale la pena poner de relieve una vez más al compararlo con las levas organizadas contra Betancourt desde República Dominicana. Mientras éstas últimas, al parecer, estaban integradas exclusivamente por exiliados venezolanos, Cayo Confites se caracterizó por congregar un variopinto catálogo de nacionalidades.
  • Sócrates Ramírezcompartió una citahace 4 años
    A fin de cuentas, el grupo de combatientes no podía ser más heterogéneo si se toma en cuenta que, junto al joven pistolero Fidel Castro, a los expilotos de los Tigres Voladores y al novelista Juan Bosch, participaría también el músico dominicano Luis María «Billo» Frómeta, según lo refiere su biógrafo, Federico Pacanins. El joven «Billo» y su arreglista Rafael Minaya (quien también integraría la expedición) ya se hallaban establecidos en Caracas, sin boleto de regreso, huyendo del asfixiante ambiente cultural impuesto por Trujillo, cuando se planteó la oportunidad de tomar parte en aquella invasión.
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