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Pedro Güell

La trama social de las prácticas culturales en Chile. Sociedad y subjetividad en el consumo cultural de los chilenos

  • sarellymcompartió una citahace 9 años
    Canasta Básica de Consumo Cultural para Chile está compuesta por quince bienes y servicios culturales. Cada uno de ellos surge a partir de una revisión de estudios a nivel internacional y representan, a grandes rasgos, las principales áreas existentes en las actuales industrias culturales. Además, son los bienes y servicio
  • sarellymcompartió una citahace 9 años
    A menor desarrollo económico, menor consumo cultural. El sur mexicano, que contiene a los estados más pobres, posee también una baja condición de consumo cultural en casi todas las variables, menos en las visitas a las zonas arqueológicas; observando el mapa de su distribución en el territorio, son más numerosas las que están abiertas al público en el Sur del país que en el Norte9. Algo semejante se observa en el estudio chileno de 2004, donde la región de Aysén tiene bajo consumo cultural salvo en la categoría de conciertos y recitales, y es notable que la región de La Araucanía, que contiene la mayor población indígena respecto las otras regiones, no representa los más bajos consumos culturales.
  • sarellymcompartió una citahace 9 años
    En cuanto al estudio del consumo cultural, el informe construye un sencillo índice de consumo a partir de la participación de los encuess-tados en siete campos: diarios, revistas, libros, música, cine, exposiciones y conciertos. A partir de este índice, los autores dividen a los consumidores culturales en cuatro niveles de consumo: mínimo (los que no consumen ninguno de los siete ítem), bajo (que solo participan en uno), medio (que lo hacen en dos o tres) y alto (que participan en cuatro a siete). Estos g
  • sarellymcompartió una citahace 9 años
    Según la “Encuesta sobre Consumo Cultural y Uso del Tiempo Libre en la Región Metropolitana” (Babul & Hasbún, 2005), el 60% de la población se limita a un consumo cultural de pobreza, es decir, a un consumo marcado por la oferta de los medios de comunicación de libre recepción. Por ello, no es extraño que entre los programas más vistos de la televisión
  • sarellymcompartió una citahace 9 años
    Al menos los pocos que acceden a ellos. “Los periódicos, como los libros, nunca han sido de la mayoría”, escribe Bernardino Hernando. La mayoría, que antes no sabía leer, ahora sí sabe pero no lee. Por tanto, estamos, más o menos, en las mismas. La alfabetización ha avanzado, la lectura mucho menos (Hernando, 2002).
  • sarellymcompartió una citahace 9 años
    Según consta en los anales del historiador latino Cayo Tácito (55-132 d. C.), en Roma los ciudadanos solían informarse leyendo cotidianamente las novedades de la urbe y el imperio en una especie de ‘diario mural’ escrito en las paredes de un edificio valioso. En el Acta Diurna Populi Romani, se consignaban noticias y sucesos que merecían importancia: bodas, nacimientos, muertes, leyes y rumores de interés popular. También aparecían algunos avisos publicitarios como, por ejemplo, ventas de grandes lotes de esclavos, la llegada de nuevas mercaderías y los horarios del circo.
    La tarea informativa era realizada por los ‘Diurnaii’, que serían el equivalente romano a los periodistas actuales. Estos ‘informadores’ convivían con otros comunicadores sociales con un incipiente grado de especialización; entre ellos los ‘Praeco’, unos preg
  • sarellymcompartió una citahace 9 años
    El acceso o no acceso a determinados bienes y servicios culturales.
    b. La frecuencia de acceso se ha definido por la recurrencia en el consumo a cada uno de los bienes y servicios que las personas han accedido en los últimos 12 meses del año, cuya respuesta puede ser todas las semanas, 1 vez al mes, 1 vez cada 3 meses, 1 vez cada 6 meses y una vez al año.
    c. Cuál es la razón por la que no asistió, a saber, porque no le interesa o no le gusta, por falta de tiempo, falta de dinero, falta de información, falta de costumbre o preparación y, por último, porque no existe lugar para el desarrollo de la actividad en la comuna o barrio.
    Las variables componentes de la tipología son, en primer lugar, el acceso o no acceso de las personas a los bienes y servicios culturales. En segundo lugar, la frecuencia de acceso a dichos bienes y, en tercer lugar, las razones de no acceso a estos.
    ¿Quiénes son los consumidores y consumidoras de bienes y servicios culturales en la primera década del siglo XXI?
  • sarellymcompartió una citahace 9 años
    concepto de consumo cultural ha sido definido como el acceso y frecuencia de participación en la apropiación de un bien y de un servicio cultural producido socialmente3. Desde esta perspectiva, el consumo cultural ha sido operacionalizado como
  • sarellymcompartió una citahace 9 años
    parte, si se reconoce que las prácticas de consumo cultural constituyen actividades a través de las cuales los individuos se producen a sí mismos, el intento por caracterizar la experiencia de consumo cultural requiere, entonces, pr
  • sarellymcompartió una citahace 9 años
    Las preguntas que se ha intentado responder han sido, principalmente, ‘quién’ consume, ‘qué’ se consume y ‘cuánto’ se consume, con el interés puesto en conocer la población que accede a los productos y manifestaciones del arte y la cultura, los productos que son consumidos por dicha población —identificando tipos de consumo, tipos de productos y los gustos de los grupos y actores sociales—, así como las cantidades y magnitudes en que son consumidos los distintos productos y actividades culturales.
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