Henning Mankell

La Leona Blanca

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  • Ana Saenzcompartió una citael año pasado
    Por fin había comprendido lo que significaba la leona blanca. Estaba allí para revelarle que, ante todo, él no era un bóer, un hombre blanco, sino que era africano.
  • Ana Saenzcompartió una citael año pasado
    Él, junto con el presidente De Klerk, tenía que gobernar el país, conducirlo a través del hiriente pero no por ello menos extraordinario camino que los haría desembocar en la total erradicación del sistema del apartheid. El último reducto colonialista del continente negro caería por fin. Una vez alcanzado este objetivo, podría retirarse e incluso morir, si era necesario.
  • Ana Saenzcompartió una citael año pasado
    De repente, le vino a la memoria la imagen de la leona blanca que había visto junto con Judith. Se le ocurrió que muy bien podía ser la imagen de África. El animal sereno, la quietud reinante antes de que se levante dispuesto a desplegar todas sus fuerzas. El depredador al que no se puede herir, sino tan sólo matar cuando nos ataca.
  • Ana Saenzcompartió una citael año pasado
    Si viajas en barco a la India, procura no volver jamás —ironizó Rydberg—. Quienes se marchan rara vez encuentran consuelo en su aventura cuando regresan. Y es que lo único que consiguen es ampliar sus propias fronteras, pero sin comprender que uno siempre se lleva encima a sí mismo, vaya donde vaya.
  • Ana Saenzcompartió una citael año pasado
    «Vivimos en un país donde nos han enseñado a creer que todas las verdades son sencillas», se decía Wallander. «Y que la verdad es una e indivisible. Todo nuestro sistema de derechos descansa sobre esa base. Ahora estoy empezando a comprender que quizá la realidad indique todo lo contrario, que la verdad es complicada, versátil y paradójica. Sin embargo, en la mentira todo es o blanco o negro. Si el concepto del ser humano, de la vida humana, es irrespetuoso y despreciativo, la verdad tendrá un color muy distinto al que mostraría en caso de que la vida se entienda como un derecho inviolable».
  • Ana Saenzcompartió una citael año pasado
    Trabajaría en sus cocinas y escupiría en sus soperas antes de servirles el almuerzo. Continuaría siendo un nadie que, en secreto, se había convertido en un alguien.
  • Ana Saenzcompartió una citael año pasado
    De ahí que no haya calificativo posible para el delito que han cometido los blancos al obligarnos a abandonar la tierra en la que hemos vivido durante generaciones. A los espíritus no les gusta que los expulsen de una tierra que les ha pertenecido durante siglos. Los espíritus odian profundamente, aún más que los vivos, los barrios en que los blancos nos han obligado a vivir.
  • Ana Saenzcompartió una citael año pasado
    Tenemos en mi país unos parques zoológicos enormes, en los que los animales pueden vivir en libertad. Y tenemos, sobre el mismo suelo, enormes parques humanos cuyos habitantes son prisioneros de por vida. De este modo, las condiciones de vida de los animales son allí mejores que las de las personas.
  • Ana Saenzcompartió una citael año pasado
    «Mi hija también lo traiciona», seguía diciéndose Miranda. «Sin embargo, nuestra traición no es maléfica. Es el clavo ardiendo al que nos agarramos convulsivamente mientras Sudáfrica se consume. La maldad está de su lado, toda entera. Y un buen día, esa maldad lo destruirá. La libertad que disfrutemos no procederá, en principio, del voto que depositemos con nuestras propias manos, sino de la liberación de esas cadenas interiores que nos han mantenido prisioneros».
  • Ana Saenzcompartió una citael año pasado
    Mañana iniciaré la gran transformación de mi vida», se prometió con una mueca. Siempre dejaba lo más importante para el día siguiente cuando se trataba de su propia vida. Mientras que en el trabajo, se mostraba invariablemente como un tozudo partidario de lo contrario. Lo más importante era lo primero. Es decir, era un alma dividida en dos mitades.
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