«No quiero tener que vérmelas con asesinos sin escrúpulos y sin respeto por la vida. No quiero verme obligado a pasarme la vida investigando una violencia que nunca, mientras viva, llegaré a comprender. Tal vez la próxima generación de policías de este país viva otras experiencias, de las que extraer otra visión de su trabajo. Para mí, es demasiado tarde. Nunca llegaré a ser distinto del que soy, un policía más o menos habilidoso de un distrito policial sueco más o menos grande».