Acaso una de las obras que resumen (perfectamente o no) la escritura de Annie Ernaux: siempre sin demasiada floritura, preguntándose y respondiéndose al tiempo para qué sirve escribir y recordar, qué relevancia tienen las figuras que nos trajeron a este mundo, reconstruyendo los rostros de memorias tocadas por el tiempo. Un recuento de palabras honestas, sentidas, reconfortantes y vitales como pocas. La literatura como faro de luz ante el dolor.