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Libros
Lucía Lijtmaer

Quiero los secretos del Pentágono y los quiero ahora

«Pedófilos crean un crowdfunding en la Deep Web para financiar la pornografía infantil», «Deep Web: drogas, armas, asesinos y aviones privados a la venta en la brutal red anónima», «Así compré drogas en la Darknet»…
Casi todos los titulares que leemos sobre la Deep Web nos invitan a permanecer lejos de ella: a su lado Mordor parece un cumpleaños. Ahora bien, ¿es realmente la Deep Web ese pozo de inmundicia del que tanto hemos oído hablar? Para averiguarlo, la periodista Lucía Lijtmaer bajó allí y resulta que lo primero que encontró fue… ¡sombra de ojos! A partir de ese instante empiezan las sospechas. A fin de cuentas, la Deep Web se parece bastante a aquel internet que conocimos en los noventa. Es decir una red no regulada por el todopoderoso Google.
Desde una enunciación gonzo y poco amiga del thriller (no esperen aquí a aquella Sandra Bullock de La Red, ni tampoco al FBI tumbando nuestros ordenadores), plantea un recorrido por la cara menos conocida de la Deep Web (aquella en la que NO hay drogas, ni armas, ni pedófilos) al tiempo que revisa algunos episodios emblemáticos del artivismo actual. Todo ello nos conducirá hacia una pregunta inevitable: ¿por qué tememos tanto a un internet no dominado por las grandes corporaciones?
50 páginas impresas
Propietario de los derechos de autor
Bookwire
Publicación original
2015
Año de publicación
2015
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Opiniones

  • amico01qcompartió su opiniónhace 6 años
    👍Me gustó

    Breve pero informático

  • Mónicacompartió su opiniónhace 3 años
    👍Me gustó
    🔮Profundo
    🎯Justo en el blanco

  • Liliana M.compartió su opiniónhace 3 años
    👍Me gustó

Citas

  • Danielacompartió una citahace 4 años
    El tema es que la Deep Web, pese a que en nuestro imaginario pueda tratarse de una cueva oscura donde se resuelven los secretos del universo, en realidad se parece bastante al internet de los noventa.
  • Irwing Martinezcompartió una citahace 3 años
    Después está todo lo demás: servicios paralegales o directamente ilegales que pueden ofertarse allí como antes se conocía de boca a oreja. Es cierto, resulta mucho más crudo leer una página donde te explican cuánto cuesta la vida de una persona que oír la frase «yo conozco a alguien que conoce a alguien», pero así es: el mundo puede ser un lugar cruel en el que hace mucho frío.
  • Irwing Martinezcompartió una citahace 3 años
    Finalmente, entiendo las reglas y extraigo una conclusión: la Deep Web es una suerte de espejo, a ratos oscuro, a ratos funcional, de lo mejor y lo peor. Hay quien trabaja por el bien común, compartiendo en foros los códigos para que la humanidad avance. Ellos son los que actúan de guardianes de las instituciones y las corporaciones, mejorando las infraestructuras y también planeando ataques. El activismo en la Deep Web es amplio y sin jerarquía: la información se comparte porque, precisamente, así se ha hecho siempre.

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