Cuando los lectores profanos se topan con un texto de ficción, se concentran, como es debido, en la historia y en los personajes: quiénes son estas personas, qué hacen y qué cosas maravillosas o terribles les suceden. A lo que leen, tales lectores reaccionan ante todo, y a veces solamente, en un nivel emocional; la obra los afecta, provocando alegría o rechazo, sonrisas o lágrimas, ansiedad o euforia. Dicho de otro modo, se involucran emocional e instintivamente con la obra.