Libros
Horacio Quiroga

El Salvaje Y Otros Cuentos

En esta colección de cuentos Horacio Quiroga nos vuelve a presentar una serie de narraciones entre el romanticismo y lo siniestro, muchas de ellas con la naturaleza como protagonista o temática estrella. En ella se encuentran: Corpus, Cuento para novios, El salvaje, Estefanía, Fanny, La llama, La Pasión, La reina italiana, La voluntad, Los cazadores de ratas, Los cementerios belgas, Los inmigrantes, Lucila Strindberg, Navidad, Reyes
Tres cartas…y un pie, Un idilio y Una bofetada.
Horacio Quiroda es un autor nacido en Uruguay en 1878 y fallecido en Argentina en 1937. Cuentista, dramaturgo y poeta, su obra ha sido comparada en numerosas ocasiones con la de otros maestros del cuento siniestro como Poe o Maupassant. Hoy en día se lo considera uno de los grandes maestros del cuento corto de terror, con algunas obras por derecho propio en el olimpo literario universal.
136 páginas impresas
Publicación original
2021
Año de publicación
2021
Editorial
Saga Egmont
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Opiniones

  • Lilián Carrascocompartió su opiniónhace 2 años
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Citas

  • Lilián Carrascocompartió una citahace 2 años
    Salí temblando de emoción. ¡Isolda!… Del creador de esa partitura, yo no veía sino el ardiente genio vivificado, hecho carne en aquella criatura extraña que fue su arte mismo, y que en una hora se abrasó como el incienso sobre el pecho del héroe
  • Lilián Carrascocompartió una citahace 2 años
    La madre se llevó adentro aquel resto de calcinada gloria, y nunca más los he visto, ni lo he querido… Sé que ella, Berenice, continúa como aquella noche, muerta en vida… Y ahora, óigame: cuanto se ha dicho de esa obra mía: música de sensaciones; la pasión desbordada; locura de amor gritada sobre la carne; insistencia enfermiza y enfermante de golpear el mismo punto dolorido; obstinación salvaje en percutir sobre los nervios a flor de piel, hasta enloquecerlos; todo esto es o no cierto.
  • Lilián Carrascocompartió una citahace 2 años
    Todo estaba concluido: en mis brazos, inerte, desmayada, en catalepsia, o no sé qué, tenía ahora una lamentable criatura decrépita, llena de arrugas
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