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Libros
José Luis Meza Rueda

La muerte

Los seres humanos sabemos que vamos a morir. ¿Fortunio o desgracia? Sin duda, algunas personas quisieran vivir sin pensar en esta condición. Más aún, la sociedad actual expele la muerte y, en consecuencia, ha cifrado una conspiración para silenciarla. Por tal razón, el libro que tiene en sus manos aventura una múltiple respuesta a la pregunta "¿Qué es la muerte?". Hemos recogido aquí las voces de algunas disciplinas —literatura, antropología, sociología, psicología, medicina, filosofía y teología—para las cuales resulta insoslayable esta pregunta. Su lenguaje sereno y claro, aunque académico, quiere satisfacer a aquel lector que siente inquietud respecto al tema. Los tonos narrativo, descriptivo, analítico, metafórico y hermenéutico que se encuentran en sus siete capítulos reconocen la riqueza que encierra el problema de la muerte y exploran su significado como realidad existencial, símbolo, memoria, complejidad o sacramento. Así como la muerte posee un valor educativo porque nos enseña que nuestro sentido no está en el tener y que el amor es lo único que queda después de la muerte, así también esta obra tiene una pretensión educativa: que el lector se haga más amigo de la muerte, aunque permanezca el miedo hacia ella.
282 páginas impresas
Propietario de los derechos de autor
Bookwire
Publicación original
2011
Año de publicación
2011
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Citas

  • Zakarias Zafracompartió una citahace 2 años
    Otros procedimientos con el cadáver de los que merece hacer mención están dados por la necrofagia, practicada en Melanesia y entre los yanomami del oriente venezolano, y la incineración utilizada tradicionalmente en los países orientales, ampliamente extendida en occidente en la actualidad
  • Zakarias Zafracompartió una citahace 2 años
    Antiguamente, se enterraba en el centro del poblado. Hoy en día, se hace lejos por orden de la administración colonial
  • Zakarias Zafracompartió una citahace 2 años
    En nuestras culturas populares, tanto rurales como urbanas, aún podemos observar cómo no se muere solo. En los últimos momentos de vida, los seres cercanos, vecinos y compadres llegan para acompañar y despedirse del moribundo. También, se aprovecha este momento para enviar mensajes a los familiares que están en el más allá, como, por ejemplo, “dígale que no se olvide de mis necesidades” o “dígale a mi papá que se acuerde que necesito la casita”, mensajes que generalmente se dicen en el oído del moribundo. En los pueblos, existe la práctica de colocar en el ataúd papeles con mensajes dirigidos para los que están en el más allá
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