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El problema de Dios
Este libro no está disponible por el momento.
330 páginas impresas
- Publicación original
- 2018
- Año de publicación
- 2018
Opiniones
- Filiberto Investigadorcompartió su opiniónhace 4 años
El autor hace muchas presuposiciones respecto a la historia y a la filosofía. Es decir se nota que no es historiador ni filósofo profesional. No obstante, pone el dedo en la llaga de varias de las contradicciones del ateísmo. Lo cual implica un aporte al debate. Me temo que casi nunca logra terminar la argumentación de manera decisiva. Pero hay heridas en el ateísmo que por más que uno le busque el autor acaba teniendo la razón, aunque el argumento no haya sido determinante.
Buena lectura para quien se inicia en estas lides.
Citas
- Mario Melocompartió una citahace 4 años
Conforme la ciencia ahondaba más en el funcionamiento del universo, la gente descubría motivos racionales y lógicos para creer en la existencia de Dios. Como dijo Allan Rex Sandage, conocido como el cosmólogo observador más grande de todos los tiempos: «Fue mi ciencia la que me llevó a la conclusión de que el mundo es mucho más complicado de lo que puede ser explicado por la ciencia». - Mario Melocompartió una citahace 4 añossi usted ve la serie original de Viaje a las Estrellas, creada en la década de 1960, hay muy poca religión en su representación del futuro. El mensaje subyacente, que era la suposición de la modernidad, era que la humanidad iba a progresar hasta llegar al punto de no creer en Dios. Así que, mientras la tripulación del Enterprise vuela por las galaxias, con pocas excepciones, la espiritualidad está mayormente ausente. Sin embargo, si ve Viaje a las Estrellas: La Próxima Generación, creada en los 80 y 90, las cosas son inmensamente diferentes. La gente es religiosa y espiritual, e incluso algunos de los miembros de la tripulación lo son.42 ¿Qué ocurrió en un lapso de veinte años?
- Mario Melocompartió una citahace 4 añosHace una generación la gente creía que cuanto más ahondaba la ciencia en el mundo (vía cosmología, biología y otras disciplinas), más se secularizaba la sociedad. En otras palabras, cuanto más cultos nos volvíamos, menos posibilidades había de que la gente fuera a creer en Dios. La realidad, no obstante, está demostrando exactamente lo contrario. De hecho, la creciente tendencia hacia la creencia en Dios en el mundo académico ha originado conversaciones acerca del «mito de la sociedad secular».
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