Aprendizaje y subjetividad

fuerzas impulsoras para una mejor condición para el aprendizaje

el pensamiento, la curiosidad, el interés y la motivación representan una expresión del surgimiento de la emoción en el aprender (González Rey, 2009)

otro factor imposible de ser controlado y previsto es el que respecta a las prácticas sociales como portadoras de una emocionalidad que impacta diferentemente a los individuos que de ella comparten y que por ella también son constituidas.

el sentido subjetivo del aprendizaje es el resultado complejo de las emociones, de los procesos simbólicos y de los significados que emergen en el propio curso del aprendizaje.

En los procesos del aprendizaje, se hacen presentes y actuantes tanto la historia personal del individuo, el conjunto de interacciones que se establecen en los contextos sociales, como también participan aquellos procesos emocionales que no transcurren solamente de lo que sucede en el aula (González Rey, 2009).

el aprendizaje ha sido tratado históricamente como sinónimo de operaciones intelectuales y de manifestación de habilidades que evolucionan a lo largo del tiempo.

El salón de clases, como espacio educativo privilegiado de interacciones sociales, es dedicado al aprendizaje escolar e implica la existencia de prácticas sociales que tienden a homogeneizar los procesos del aprendizaje. Con frecuencia, estas prácticas desconsideran el origen social, el género y las experiencias particulares vividas por cada uno de los individuos.

el aprendizaje ocurre mediante integraciones dinámicas que se producen en un proceso complejo que implica también procesos recursivos y dialógicos de sentidos subjetivos.

La perspectiva histórica cultural desarrolló representaciones de la psique que posibilitaron desarrollos contemporáneos que negaron la fragmentación del comportamiento y de la subjetividad en dualidades como la de los procesos cognitivos y de los procesos afectivos.

La potencialidad imaginativa se despliega porque el sujeto humano, a diferencia de otros miembros de la naturaleza, tiene la posibilidad de verse a sí mismo como otro e iniciar desde este espacio un intenso trabajo de cuestionamiento reflexivo sobre los demás y sobre sí mismo, e imaginar otras cosas que las ya existentes (Castoriadis 1993, 2005).