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Libros
Daniel Innerarity

Política para perplejos

Vivimos en una época de incertidumbre. En sociedades anteriores a la nuestra, los seres humanos han vivido con un futuro tal vez más sombrío, pero la estabilidad de sus condiciones vitales -por muy negativas que fueran— les permitía pensar que el porvenir no les iba a deparar demasiadas sorpresas. Podían pasar hambre y sufrir la opresión, pero no estaban perplejos. La perplejidad es una situación propia de sociedades en las que el horizonte de lo posible se ha abierto tanto que nuestros cálculos acerca del futuro son especialmente inciertos. El siglo xxi se estrenó con la convulsión de la crisis económica, que produjo oleadas de indignación pero no ocasionó una especial perplejidad; contribuyó incluso a reafirmar nuestras principales orientaciones: quiénes eran los malvados y quiénes éramos los buenos, por ejemplo. El mundo se volvió a categorizar con nitidez entre perdedores y ganadores, entre la gente y la casta, entre quién manda y quién padece a los que mandan, al tiempo que las responsabilidades eran asignadas con relativa seguridad. Pero el actual paisaje político se ha llenado de una decepción generalizada que ya no se refiere a algo concreto sino a una situación en general. Y ya sabemos que cuando el malestar se vuelve difuso provoca perplejidad. Nos irrita un estado de cosas que no puede contar con nuestra aprobación, pero todavía más no saber cómo identificar ese malestar, a quién hacerle culpable de ello y a quién confiar el cambio de dicha situación. Con este libro Daniel Innerarity continúa de alguna manera las reflexiones que hizo en La política en tiempos de indignación (Galaxia Gutenberg, 2015). Son reflexiones al hilo de los acontecimientos que vivimos y que nos han llevado de la indignación a la perplejidad, sin que por cierto deje de haber motivos para abandonar aquella.
185 páginas impresas
Publicación original
2018
Año de publicación
2018
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Opiniones

  • Francisco Armentacompartió su opiniónhace 4 años
    👍Me gustó

    Como alguien que se consideraba apolítico (vaya ingenuidad), este libro me ha despertado el interés y la curiosidad por la política, considero un libro que todo mundo debería leer en algún momento de su vida.

Citas

  • abby montelongocompartió una citahace 4 años
    La ciencia tiene un papel esencial en nuestras decisiones colectivas, pero la idea de que todas las decisiones podrían apoyarse en una objetividad indiscutible se ha revelado como una ilusión. La ciencia del siglo XXI es algo mucho más plural de lo que era en el siglo XVIII
  • abby montelongocompartió una citahace 4 años
    En primer lugar, los expertos son inevitables. Esto que voy a decir no es un trabalenguas, aunque lo parezca: sabríamos muy poco si sólo supiéramos lo que podemos comprobar personalmente; apenas podríamos decidir si únicamente decidiéramos cuando estuviéramos personalmente seguros. Sin los expertos sucumbiríamos ante la complejidad epistémica del mundo. Quienes tienen que tomar decisiones están rodeados de comisiones e informes; por haber, hay incluso especialistas en cuestiones de ética, que son las más ligadas al juicio y a la conciencia personal, las menos delegables. Se ha configurado todo un mercado de científicos, técnicos y expertos gracias al cual nos podemos informar acerca de lo que debe hacerse en un momento determinado. Consultar a los expertos es un modo de disminuir el riesgo de las malas decisiones. Los expertos se caracterizan por una actitud desinteresada, objetiva, pragmática e independiente hacia la realidad, que es una disposición muy necesaria en un mundo de creciente complejidad. Si existen «gobiernos técnicos», expertocracia o autoridades funcionales es precisamente porque hay decisiones que no están al alcance de cualquiera.

    Pero también es cierto que los expertos nos decepcionan con frecuencia y que debemos administrar con prudencia nuestra confianza en ellos. Basta con recordar el fracaso de las previsiones de la Economía o el mal funcionamiento de las agencias de rating con ocasión de la crisis económica. Sin necesidad de recurrir al caso extremo de las crisis, la confianza en los expertos sólo puede ser limitada si tenemos en cuenta la falta de unidad de sus juicios y pronósticos. Para cada tema hay expertos que sostienen opiniones enfrentadas y con intereses contrapuestos, por lo que no deben disponer de un saber tan indiscutible ni de una actitud tan desinteresada. Frecuentemente se adoptan decisiones ideológicas con apariencia de objetividad y encubiertas por la supuesta imparcialidad de los expertos y sus razones aparentemente neutrales
  • abby montelongocompartió una citahace 4 años
    En primer lugar, los expertos son inevitables. Esto que voy a decir no es un trabalenguas, aunque lo parezca: sabríamos muy poco si sólo supiéramos lo que podemos comprobar personalmente; apenas podríamos decidir si únicamente decidiéramos cuando estuviéramos personalmente seguros

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