Libros
Henry James

La figura de la alfombra

Fábula magistral sobre las misteriosas relaciones entre el escritor y su público, pieza de impecable factura, engrasada como un buen reloj, La figura de la alfombra indaga sobre la naturaleza mudable de la creación artística.

La figura de la alfombra, escrita en 1896, es una de las más inspiradas bromas literarias de James, una obra maestra de los dobles entendidos, que embarca al lector en una delicada trama de equívocos librescos. El narrador, un innominado crítico inglés, se topa con Hugh Vereker, un escritor de culto que le revela solo a medias la presencia en su obra de una especie de “secreto fundamental” que lo permea todo, como la compleja trama de hilos de una alfombra persa. El narrador se embarca entonces en una desesperada búsqueda de la misteriosa pauta, para lo cual no dudará en llevar a la perdición a su mejor amigo, Corvick, y a la prometida de éste, Gwendolyn.
82 páginas impresas
Propietario de los derechos de autor
Bookwire
Publicación original
2014
Año de publicación
2014
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Opiniones

  • Katia Escalantecompartió su opiniónel año pasado
    👍Me gustó
    💡He aprendido mucho

    Me gustó mucho la idea de cómo el significado de un libro puede permear la existencia misma de un lector. Sí, el narrador es tan torpe como ambicioso pero ¿acaso los lectores no hemos sido igual que él algunas veces?

Citas

  • Katia Escalantecompartió una citael año pasado
    La obra de arte ya no es una descripción o una ilusión, si no que es en sí y por sí misma su propia realidad, una cosa real sometida más a las leyes del arte que no a las leyes de la naturaleza.
  • Katia Escalantecompartió una citael año pasado
    El sentido y el significado de la obra ya no son ni analizables ni explicables, puesto que tienen un sentido que trasciende los límites del lenguaje.
  • Katia Escalantecompartió una citael año pasado
    El crítico espera descubrir el significado de la obra de arte, cuando ciertamente el significado del arte se realiza en el lector o en el espectador. La obra de arte —el poema, el cuadro, la sinfonía, la novela— incita al espectador a poner en actividad sus facultades —las intelectuales y las sensibles—, y es esa actividad —que la razón razone, que la imaginación imagine, que la memoria recuerde— la que da a una obra su cualidad artística.

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