Libros
Pierre Bayard

Cómo hablar de los libros que no se han leído

Quienes acudan a este libro para encandilar a nuestros profesores, amigos o amantes con disquisiciones librescas adquiridas sin esfuerzo, habrán cometido un error: el ensayo de Bayard es en realidad una estimulante reflexión a propósito de qué significa la lectura. Para resolver ese enigma, se impone como tarea desenmascarar uno de los tabúes sociales más extendidos: el hecho de que en algún momento de nuestras vidas todos hayamos fingido haber leído un libro que nunca fue abierto. El autor no sólo asume con naturalidad nuestra sempiterna condición de no-lectores (por mucho que seamos devoradores de libros, el número de lecturas pendientes siempre será mayor), sino que convierte esa en apariencia vergonzante no-lectura en el núcleo mismo de la lectura y, mediante un bucle paradójico, no duda en invocar las intuiciones contenidas en libros de Musil, Wilde, Valéry, Montaigne o Lodge acerca de la fecundidad del olvido, la inconveniencia de la lectura o la capacidad creadora del lector (o no-lector).  «Irónico y brillante hasta el delirio» (A. Jiménez Morato, El Duende). «El trabajo de Bayard es una alegre invitación a conocernos a nosotros mismos y a superar el miedo a la cultura» (C. Rodríguez Braun, Expansión). «Su lectura es tan sustanciosa como amena» (S. Aizarna, El Diario Vasco).
170 páginas impresas
Publicación original
2023
Año de publicación
2023
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Opiniones

  • Berenice Torrescompartió su opiniónel año pasado
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  • b4797234151compartió su opiniónel año pasado
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Citas

  • Berenice Torrescompartió una citael año pasado
    Tener, si no las mismas lecturas, al menos lecturas comunes con el otro —lo cual quiere decir, de hecho, las mismas no-lecturas— es una de las condiciones de una buena alianza amorosa. De ahí la necesidad, desde el comienzo de la relación, de mostrarse a la altura de las expectativas del ser amado haciéndole sentir la proximidad de nuestras bibliotecas interiores.
  • Berenice Torrescompartió una citael año pasado
    somos también la totalidad de esos libros acumulados, que nos han fabricado poco a poco y de los que no nos podemos separar sin sufrimiento.
  • Diego Camposcompartió una citahace 5 meses
    La particularidad de la no-lectura del bibliotecario de Musil consiste en que su actitud no es pasiva, sino activa. Si muchas de las personas cultivadas son no-lectores y si, a la inversa, muchos no-lectores son personas cultivadas, es porque la no-lectura no coincide con la ausencia de lectura. Supone una verdadera actividad, consistente en organizarse en relación con la inmensidad de los libros, con el fin de no dejarse sumergir por ellos. A ese respecto, merece ser defendida e incluso enseñada

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