Libros
Juan Malpartida

Al vuelo de la página

Al vuelo de la página, de Juan Malpartida, es un diario que abarca la última década del siglo XX. El autor no se limita a reflejar su punto de vista, sus observaciones sobre literatura, filosofía, política y vida literaria, sino que deja testimonio de su diálogo con escritores, desde la lectura pero también desde la amistad, como Octavio Paz, Fernando Savater, Juan Gil-Albert, Enrique Molina, Charles Tomlinson y muchos otros que vemos aparecer en estas páginas que se convierten, así, en un testimonio histórico.
666 páginas impresas
Propietario de los derechos de autor
Bookwire
Publicación original
2013
Año de publicación
2013
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Citas

  • Adal Cortezcompartió una citahace 3 años
    Una persona intensamente lectora quizás no pueda leer a lo largo de una vida de ochenta años más de siete u ocho mil volúmenes, y eso, creo, como mucho. Es posible que lectores como Pere Gimferrer, metódico y capaz de leer –según dicen los que le conocen– a más de cien páginas por hora, es posible, digo, que pase de los diez mil, pero es raro.
  • Adal Cortezcompartió una citahace 3 años
    La paternidad es necesaria, se impone desde el momento en que los niños no son autónomos y su capacidad de sobrevivir depende de los adultos. Lo mismo ocurre en una guerra, cuyo objetivo, además de ganar al enemigo, es hacerlo con el menor número de bajas propias posibles, y para eso no es aconsejable que cada soldado lo haga de manera autónoma y según su propio cálculo estratégico. Pero lo deseable es dejar de ejercer como padre que toma las decisiones por el hijo, y por lo tanto llegar al día en que uno mira de frente a una criatura que decide por sí misma su vida.
  • Adal Cortezcompartió una citahace 3 años
    Esta aspiración ideal choca siempre con nuestra aspiración afectiva: ¡ojalá sus aspiraciones tengan en cuenta mis deseos! Pero el ideal paterno ha de ser sólo esa exclamación y luego hay que esperar que coincidan las elecciones con las necesidades afectivas. Educar no es un acto suicida, en el sentido humorístico de Fernando, que supone la capacidad de elegir por los otros (haz esto y lo otro, porque es así como has de hacerlo, porque yo te lo indico, o te lo mando, porque es lo mejor, ya lo verás), porque uno siempre ha de aspirar a prescindir de esa actitud de decidir por los otros (cuyos extremos quizás sean la paternidad y los jefes en la guerra, cuyo cometido es decidir y ordenar por los otros, y que, finalmente, tienen que asumir, como parte de su mundo de mando y obediencia, la muerte de los otros que, necesariamente, han de haber aceptado sus decisiones).

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