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Lewis Hyde

El don

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¿Cómo proteger el don de la creatividad en un mundo dominado por el espíritu mercantil donde todo se monetiza? ¿Cómo convencernos y convencer a los demás de que el provecho de la literatura, del arte, de la música está o debería estar en las antípodas de lo que nuestra sociedad considera «útil» cuando, en esa restrictiva visión de las cosas, la «utilidad» va tan asociada al pragmatismo, al consumismo, a los réditos materiales del aquí y ahora? A diferencia del dinero, la imaginación se multiplica cuanto más se derrocha, cuanto más se comparte. Precisamente en una época en la que —parafraseando a Oscar Wilde— se conoce el precio de todo y el valor de nada, salvaguardar la pureza del gesto creador de todos los condicionamientos espurios ajenos al arte es salvaguardar nuestra dignidad como especie, salvar nuestra alma —entendida como vínculo colectivo, no como ego— de la destructiva voracidad capitalista. Y eso, sin duda, es algo que no tiene precio.

Desde que se publicó hace cuarenta años, El don se ha convertido en un clásico inapelable que ha influido hondamente en figuras de la talla de David Foster Wallace, Bill Viola o Margaret Atwood. Echando mano de la antropología, la sociología, los cuentos de hadas y la poesía de Walt Whitman

y Ezra Pound, Lewis Hyde construye una obra capital, sutil, transformadora, y una emotiva y perdurable reivindicación de los poderes del arte.
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573 páginas impresas
Publicación original
2021
Año de publicación
2021
Traductor
Julio Hermoso
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Citas

  • Natalia Méndezcompartió una citael año pasado
    la señal de esta identidad son la generosidad, el agradecimiento o el acto de gratitud
  • Natalia Méndezcompartió una citael año pasado
    El fruto del espíritu creativo es la propia obra de arte, y si hubiese un ritual de as primicias para los artistas, tendría que ser el «desperdicio» voluntario del arte (en el que uno se alegra de esforzarse todo el día sin esperanza de producir nada, nada que mostrar a nadie, tan sólo unos peces que se devuelven al mar en cuanto los pescas), o bien, cuando sí hay un producto, tendría que ser esto que ya hemos visto, la dedicatoria de la obra de vuelta hacia sus orígenes.
  • Natalia Méndezcompartió una citael año pasado
    tratar como dones los productos de la imaginación asegura la fertilidad de ésta

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