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Mary Elizabeth Braddon

El secreto de Aurora Floyd

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  • Yunuen Barbosacompartió una citahace 9 meses
    que las mujeres “perfectas” no dejan tras de sí historia alguna».
  • Yunuen Barbosacompartió una citahace 9 meses
    Había padecido tanto que no podía sino bendecir la calma, viniese de donde viniese.
  • Yunuen Barbosacompartió una citahace 9 meses
    Dice Eliza Cook, si mal no recuerdo, que «es mejor confiar y ser engañado que poseer el espíritu malvado y mezquino del que engaña»,[108] y si hay alguna dicha en ese hecho, el pobre John disfrutaba de este placer fugaz con bastante frecuencia.
  • Yunuen Barbosacompartió una citahace 9 meses
    El artista respeta más su arte cuanto más se familiariza con él, pues se impregna de lo sublime y venera la lejana diosa de la perfección tan humildemente cuando deja el pincel, o el cincel, tras una vida de paciente trabajo, como el día en que por vez primera mezcló los colores o preparó el mármol para su maestro; y no puedo creer que el respeto de un buen hombre por la mujer que ama llegue a debilitarse con la dulce familiaridad de cada día, en la que un centenar de virtudes domésticas y bellas, no soñadas aún en el salón donde bailó por primera vez con su ídolo desconocido cubierto de túnicas y joyas resplandecientes, aparecen ante sus ojos hasta hacerle confesar que la mujer que conoce hace diez años es diez veces más querida que la que conoció durante la luna de miel de una semana.
  • Yunuen Barbosacompartió una citahace 9 meses
    Es propio de esos pobres corazones resentidos sentir envidia por las cualidades que no tienen y ni siquiera pueden comprender.
  • Yunuen Barbosacompartió una citahace 9 meses
    Odiaba a los que odiaban a su mujer o le causaban algún mal, por pequeño que fuera, y amaba a los que la amaban. Ante el poder de su afecto infinito desaparecía toda estima personal; amarla era lo mismo que amarle, servirla era hacerle un servicio diez veces más grande, y elogiarla era hacerle más vanidoso que a la más vanidosa colegiala. Tomaba como suyas todas sus deudas de amor o de odio, y estaba dispuesto a pagar el importe de cada una hasta el último penique sin regatear los intereses que habían de añadirse a la suma total.
  • Yunuen Barbosacompartió una citahace 9 meses
    Porque, ¿qué mortal ha vivido absolutamente satisfecho en esta vida? Uno de los rasgos de nuestra naturaleza terrenal es echar en falta siempre alguna cosa y tener siempre una vaga, tonta, necia, aspiración que no puede ser saciada. Algunas veces, ciertamente, somos felices, pero en nuestra dicha más completa estamos aún insatisfechos, pues pareciera entonces que la taza de alegría está demasiado llena; esta idea nos llena de terror el pensamiento, pues dada su plenitud, pudiera, posiblemente, derramarse. ¡Qué error más grande, qué descabellado sueño febril, qué historia inacabada e imperfecta sería nuestra vida si no fuera el preludio de otra vida mejor! Considerada en sí misma es todo inquietud y confusión, pero si se considera lo presente como una preparación del porvenir, ¡en qué maravillosa armonía se convierte! ¡Qué poco nos importará entonces que las alegrías de este mundo sean incompletas y nuestros deseos incumplidos, si la dicha será total y los deseos satisfechos en un futuro!
  • Yunuen Barbosacompartió una citahace 9 meses
    Con seguridad esta inconstancia nuestra es lo peor de todo; inconstancia por la cual nos liberamos de nuestros antiguos egos sin más reparo del que sentimos al desechar una prenda gastada. ¡Nuestros pobres egos harapientos, las sombras de lo que fuimos! ¡Con qué sublime, condescendiente piedad, con qué desdeñosa compasión, recordamos las indefensas criaturas que fuimos y nos asombramos de que algo tan nimio pudiera enturbiar nuestras vidas!
  • Yunuen Barbosacompartió una citahace 10 meses
    Las murmuraciones la divertían a ella, pero a él le herían hasta la médula. Orgulloso y sensible, como casi todos los hombres honrados e íntegros, no podía soportar que nadie se atreviese a manchar la reputación de la mujer que amaba tan tiernamente.
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