El aula es la respuesta

conciencia de la propia subjetividad y sus creencias, por lo que al realizar el trabajo de reflexión los profesores recuperan su experiencia, cubriendo los aspectos de la práctica (lo que pasó) y los aspectos de la cognición (cómo puedo aplicarlo o mejorarlo), dejando de lado los aspectos de las emociones (lo que sintieron), así como los presupuestos que los llevaron a tomar decisiones para resolver las dificultades presentadas con base en su historia.

problema es cómo descentrarse, interpretar lo que sucede o deja de suceder, tomando en cuenta que el aprendizaje ocurre como fruto de un proceso donde confluyen la experiencia social y la individual; es un espacio en donde se concreta lo planeado, por lo que hay tres momentos importantes: antes, durante y después (Ponce, 2009)

condiciones de trabajo de los y las docentes, por ejemplo, los grupos numerosos, las sesiones de clase consecutivas, las tareas administrativas, entre otras, en ocasiones impiden desarrollar su capacidad reflexiva a tal nivel que detecten problemas de interacción o de aprendizaje del estudiantado en el desarrollo de sus clases,

De manera general, lo anterior se debe a que el énfasis está en la enseñanza y no en el aprendizaje.

La práctica reflexiva permite sensibilizar el pensamiento y adoptar una permanente actitud crítica y reflexiva, abierta al descubrimiento de otras posibilidades del ser, de su acción y de la interacción con los demás (Novoa, 2008); estos elementos han permitido rescatar el verdadero sentido social, auténtico y formativo de la educación.

De acuerdo con Domingo (2013), gran parte del trabajo diario del docente consiste en tomar decisiones, que pueden ser curriculares, metodológicas, organizativas, didácticas, psicoemocionales, entre otras, basadas en juicios que emite al momento, a veces partiendo de una información limitada, a veces de forma mecánica, las cuales tendrán repercusiones importantes en el desarrollo del proceso educativo.

conciencia del segundo orden permite pararse desde otros puntos y ver desde otra mirada, puesto que es una postura epistemológica desde la que el observador es parte del fenómeno observado.

reflexividad es necesaria para recuperar la conciencia de para qué y por qué se llevan a cabo ciertas acciones en el aula.

La labor del docente de cualquier nivel cada vez se vuelve más compleja porque implica trabajar con la heterogeneidad, la diversidad de intereses, actitudes, inquietudes de los estudiantes y las formas de aprendizaje, con el objeto de potencializar las capacidades y habilidades del ser humano.

Si bien es cierto que las escuelas, como instituciones sociales y socializadoras (Solé y Coll, 2007), tienen como obligación atender las necesidades de las sociedades, así como guiarse por el ideal de ciudadanía al que aspiran, esto ha traído una sobrecarga de contenidos curriculares debido a la multiplicidad de problemas que representa la complejidad de la vida moderna; pareciera que los planes y programas educativos están armados, a manera de retazos, para atender y remediar cualquier carencia que, legítimamente, se expresa en la cultura.