Libros
Krasznahorkai László

Tango satánico

En una remota región rural de Hungría azotada por el viento y la incesante lluvia, unos pocos miembros de una fallida cooperativa llevan una vida anodina en un pueblo ya casi fantasmal mientras aguardan impotentes a que un milagro les devuelva el futuro. Hasta que un día reciben la noticia de que, en la carretera que conduce a la aldea, se ha avistado al astuto y carismático Irimiás, desaparecido años atrás y al que daban por muerto. Su simple reaparición infundirá esperanzas en la pequeña comunidad de vecinos, pero también desencadenará acontecimientos desconcertantes y les revelará aspectos que tal vez habrían preferido ignorar. Paródica y mordaz, esta magnífica novela sobre los avatares de la esperanza y el valor de las promesas inspiró la película de culto de Béla Tarr y ya es hoy un clásico contemporáneo.

«Una distopía apocalíptica del húngaro más sombrío y crudo».
La Nueva España

«Una novela de una originalidad pasmosa y de una ambigüedad desafiante».
The New York Times

«Una novela monumental–rica, emocionante y magistralmente urdida–en la que descubrimos una mirada tan singular como cautivadora».
The Guardian
351 páginas impresas
Propietario de los derechos de autor
Bookwire
Publicación original
2017
Año de publicación
2017
Editorial
Acantilado
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Opiniones

  • Jessica Garcíacompartió su opiniónhace 4 años
    👍Me gustó
    🎯Justo en el blanco

Citas

  • David Olivarescompartió una citahace 5 meses
    Contempló con tristeza aquel cielo que no auguraba nada bueno, los restos abrasados del verano recorrido por bandadas de langostas, y de pronto vio desfilar en una misma rama de acacia la primavera, el verano, el otoño y el invierno, como si percibiera la totalidad del tiempo que jugueteaba en la esfera inmóvil de la eternidad mostrando una infernal línea recta, la cual daba la impresión de atravesar el paisaje escabroso del caos y, al crear así la altura, alimentaba a la vez la ilusión de que el vértigo era algo necesario… Y se vio a sí mismo en una cruz de madera formada por la cuna y el ataúd, se vio allí agitándose, atormentado hasta que finalmente una sentencia árida —que no conocía distintivos ni distinciones y sonaba como un chasquido— lo entregaba desnudo a los lavadores de cadáveres, a las risotadas de despellejadores afanados, en un lugar donde comprobaría sin piedad, fríamente, la verdadera medida de las cosas humanas, donde constataría que ni un solo sendero lo conducía de regreso, pues para entonces se habría enterado ya, además, de que había ido a parar a una partida cuyo resultado estaba decidido de antemano y en la que los tahúres lo despojarían incluso de la última arma que poseía: la esperanza de poder retornar algún día a casa.
  • Jeroamécompartió una citahace 2 años
    para sobreponerse a las inquietudes en las interminables noches de insomnio…
  • Jeroamécompartió una citahace 2 años
    y renunciar por un tiempo a su propósito

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