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Victoria Camps

Tiempo de cuidados

Hace apenas unos años a nadie se le habría ocurrido pensar que el cuidado fuera un concepto digno de estudio. Ahora, es esencial.
La ética del cuidado se ha convertido en un tema central y perentorio a raíz de la pandemia de la covid-19. Un virus nos ha obligado a aceptar limitaciones que nunca hubiéramos imaginado, nos ha hecho un poco menos arrogantes y seguros de nosotros mismos. En el ámbito de la teoría, esta toma de conciencia debería conducir a un cambio de paradigma o de marco mental, capaz de equilibrar razón y sentimiento, en el ejercicio de la tan manoseada “inteligencia emocional”, cuyas aportaciones prácticas no siempre son evidentes. Hay que reconocer que existe un derecho a ser cuidado y un deber de cuidar que no admite excepciones, que afecta a todo el mundo y cuya responsabilidad ha de ser asumida individual y colectivamente.
Tiempo de cuidados  se propone acallar las voces que aún se resisten a colocar el cuidado en un lugar prominente, contraponiéndolo a la justicia. Ambos son valores complementarios, pues las categorías anejas al cuidado rompen la concepción binaria del género que el feminismo aún no ha conseguido sustituir. Privilegiar categorías masculinas —yo, razón, mente— en detrimento de otras consideradas femeninas —las emociones, el cuerpo, las reciprocidades—, o mantener esa división binaria que distribuye las funciones de cada género, implica mantener el patriarcado y debilitar la democracia. Como dice Carol Gilligan: «En un contexto patriarcal, el cuidado es una ética femenina; en un contexto democrático, el cuidado es una ética humana».
184 páginas impresas
Propietario de los derechos de autor
Bookwire
Publicación original
2021
Año de publicación
2021
Editorial
Arpa
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Opiniones

  • Ceciliuxcompartió su opiniónhace 2 años
    👍Me gustó
    🔮Profundo
    💡He aprendido mucho

    Un ensayo muy bueno sobre el cuidado, ojalá todo el mundo lo pudiera leer.

Citas

  • Fabiola Bautistacompartió una citahace 9 meses
    La necesidad de encontrar formas de conciliación del trabajo doméstico y laboral es más imperativa, aunque las reacciones hasta ahora por parte de las corporaciones o de la administración pública estén muy lejos de ser satisfactorias.
  • Claudia Retanacompartió una citahace 9 meses
    En la actualidad, sin embargo, dejar de trabajar significa empezar a envejecer porque cesa —¡otra vez!— la actividad productiva, tan esencial en el florecimiento de la vida personal
  • Claudia Retanacompartió una citahace 10 meses
    Por eso, al analizar la construcción social de la vejez, una de las primeras áreas que hay que tener en cuenta es la de la ciencia médica

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