Debió preguntarle a la tía qué era una violación y luego, cuando le dijo que era sexo a la fuerza, debió preguntar qué era el sexo porque tampoco tenía idea. Debió imaginar buena parte porque la explicación de la tía fue bastante escueta. Con todo, era más ilustrativa que cualquier cosa que le dijera al respecto su madre, quien jamás tocaba esos temas. Ni siquiera le advirtió acerca de la llegada de la menstruación o le ayudó una vez que le apareció. La dejó que llorara al ver la ropa interior manchada, que llorara porque no sabía lo que le estaba pasando, que siguiera llorando porque pensaba que se iba a vaciar y a morir a causa del sangrado, y que se resolviera por su cuenta.