Sabíamos que esos suicidios eran el símbolo de un tipo de mujer superado; nosotras éramos de otro tiempo, y seríamos todo: esposas, madres, profesionales exitosas, militantes y amigas de diez, y zafaríamos de la maldición del balcón a la seis de la tarde.
Jose hizo todo, y a los 33 años ya había tenido éxito en todo. Fue la primera traductora con firma en un diario argentino, se casó con el hombre de su vida, se propuso tener cuatro hijos y tuvo cinco