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Adriana Arrazola Lara

  • kyptcatcompartió una citahace 2 años
    máxima libertad no se alcanza estando en el punto más remoto del planeta, sino comprendiendo y abrazando los puntos más remotos de nosotros mismos.
  • kyptcatcompartió una citahace 2 años
    La comida es la gran compañera de viaje. No importando en qué punto del mundo se encuentren, Adrix y la comida logran encontrarse. La comida es un ancla. Está ahí siempre: fiel, dispuesta e incondicional. Ha estado en momentos de gozo, de angustia y de soledad. Ha sido fuente de conexión y desconexión. Búsqueda de amor y pertenencia. Identidad.
  • kyptcatcompartió una citahace 2 años
    Hoy, con claridad, sé que lo que piensen los demás de mí es asunto suyo. Que mi opinión sobre mí persona y emociones están por encima de la de los demás.
  • kyptcatcompartió una citahace 2 años
    Mi cuerpo tiene un peso que la báscula marca. Ella indica un número que se utiliza como referencia clínica… pero lo que ya no determina es el peso de mi vida. Eso lo fijo yo.
  • Barbara Armendarizcompartió una citahace 2 años
    La comida es un ancla. Está ahí siempre: fiel, dispuesta e incondicional. Ha estado en momentos de gozo, de angustia y de soledad. Ha sido fuente de conexión y desconexión. Búsqueda de amor y pertenencia. Identidad.
  • Barbara Armendarizcompartió una citahace 2 años
    En esas primeras sesiones salieron a la luz muchas cosas que yo llevaba años escribiendo en mi diario, pero que nunca me había atrevido a decir en voz alta. Avanzando en el proceso, un día llegué ilusionada a platicarle al terapeuta sobre una nueva dieta que iba a hacer.

    Él me respondió:

    —Es una falsa esperanza. Una forma de poner tu vida en pausa, esperando que el cambio de peso cambie tu vida.
  • Barbara Armendarizcompartió una citahace 2 años
    —Mira Adriana, el asunto es que has permitido que el peso invada todos los ámbitos de tu vida. Si tú quisieras, podrías sentirte atractiva, sensual y hacer todo lo que te propongas, sin importar el peso que tengas —me dijo el terapeuta.
  • Barbara Armendarizcompartió una citahace 2 años
    En algún punto, mi mente se acostumbró a medir mi vida y la de otros en función de la gordura que mostrábamos. Sin darme cuenta, creé una ecuación en la que a más kilos, más restricciones en mi vida; y a menos kilos, un poco más de libertad. Era algo así como que con 10 kilos menos podía quitarme el suéter negro… si bajaba 15, ya podía ir a bailar… si eran 20, me permitía tener galán… en el caso de que bajara 30, hasta podría usar bikini. ¿Cómo llegué a eso? No lo sé, ni siquiera fui consciente de ello, hasta después. En ese tiempo, la delgadez era sinónimo de seguridad y libertad.
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