Flor Canosa

Contamos en el ayer lo que somos hoy. Contamos en el ayer lo que queremos ser. Contamos un recuerdo, no el hecho, y ni siquiera tenemos la certeza de que el recuerdo sea propio.

Henrik no quiere toda la vida de Greta. ¿Qué haría con ella? ¿Dónde la guardaría? No necesita toda su vida porque tiene la propia que ya ocupa bastante espacio. Entonces la tarea de Greta no es darle todo, sino regalarle un fragmento significativo. No cualquier retazo, no lo que le sobró de otra entrega, sino algo sin lo cual a ella le fuese incómodo estar. ¿Por qué? Porque así Henrik puede saber que cuando la extrañe tendrá algo suyo y ella será capaz de la nostalgia por eso que le falta.

Por eso es un pariente tan próximo de la ilusión del espejo y de la amenaza de la muerte; y si a pesar de esas dos figuras peligrosas que lo rodean a uno le gusta tanto hacer el amor es porque, en el amor, el cuerpo está aquí.»