Seguir la vida de Nad ha sido un enorme placer literario. Que un libro ambientado en un cementerio y rodeado de muerte y horror pueda contener tanto amor me ha reconfortado. Amé a Silas, a Lisa y a la señora Owen. Me quedo con la curiosidad de lo que no puedo decodificar como otra cosa que cabos sueltos, complicidades con otros libros u otras historias. Con Neil Gaiman la magia siempre continúa.