Manuel Nevado Rey

el duelo es la cuota que hay que pagar por haber amado.

Un duelo no se hace sin sufrimiento, pero ese sufrimiento acompaña al proceso de elaboración de este; no hay que leerlo partiendo de la patología

Pues bien, como dolientes también necesitamos que nos hagan sentir legitimados, con derecho a experimentar las emociones aparejadas al duelo todo el tiempo que requiramos y decidamos

Debemos construir nuestro duelo de manera individual y personal, algo que solo es posible si cada uno elabora su duelo de un modo diferente y sobre la base de su idiosincrasia. Más que como quiere, cada uno elabora su proceso de duelo como puede

El duelo es una reacción emocional ante una pérdida que permite a las personas poder adaptarse a las nuevas situaciones vitales aparecidas desde el momento de la pérdida y que contribuirán a su crecimiento personal, pero también es una de las experiencias más estresantes que ha de afrontar el ser humano. Es como atravesar un túnel: el lugar por donde salgo es necesariamente distinto del lugar por donde entré

Morirse no tiene que ser nada bueno, si no, fijaos en Jesucristo: se murió, vio el panorama y al tercer día resucitó.

El humor consta siempre de dos premisas fundamentales: VERDAD y DOLOR. Si falta una de las dos, no hay chiste. Y la muerte es un concepto muy dado a presentar las dos premisas anteriormente citadas

Por ello el humor se convierte en un componente fundamental para amortiguar el dolor, nos ayuda a desdramatizar y a expresar nuestras emociones. Y, de todas ellas, la más peligrosa es el miedo

la memoria de nuestros seres queridos fallecidos, quienes con sus ausencias nos enseñan el camino a seguir en la vida.

ejemplos que nos aportan los autores, uno especialmente querido para mí que incluye el valor del ritual y del humor: Jacob Levy Moreno pidió que en su epitafio se le recordara como «el hombre que introdujo la alegría en la psiquiatría».
Creo que los autores están creando el clima emocional necesari