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Orlando Figes

  • Kenny Guevara Echevarríacompartió una citahace 3 meses
    Incapaz de encontrar nada en los hombres o en las mujeres que merezca mi adhesión, he decidido dedicarme al servicio de la humanidad
  • Kenny Guevara Echevarríacompartió una citahace 3 meses
    Con el tiempo, la policía capturó a Nechayev. En 1872 fue arrestado en Suiza y extraditado a Rusia, donde fue encarcelado en confinamiento solitario en la fortaleza de San Pedro y San Pablo. Nada más se supo de él (se supuso que había muerto) hasta ocho años más tarde, cuando de pronto un grupo de terroristas recibió una carta suya que contenía un plan de fuga. Por la tremenda fuerza de su personalidad, Nechayev, se había ganado a sus propios guardianes y (literalmente) había establecido una célula revolucionaria clandestina en los calabozos de ese bastión zarista. Estos guardianes habían sacado de contrabando la carta. Más tarde, cuando fueron llevados a juicio, eligieron ir a prisión antes que denunciar a su dirigente. Pero entonces ya era demasiado tarde para Nechayev (murió en la fortaleza el año siguiente)
  • Kenny Guevara Echevarríacompartió una citahace 3 meses
    No fue el marxismo el que convirtió a Lenin en un revolucionario, sino que fue Lenin el que convirtió en revolucionario el marxismo.
  • Kenny Guevara Echevarríacompartió una citahace 3 meses
    sólo la sangre puede cambiar el color de la historia
  • Milagros Fernándezcompartió una citahace 2 meses
    grandes obras en prosa de la tradición rusa no son novelas en el sentido europeo.[3] Son enormes estructuras poéticas que deben considerarse de manera simbólica, no muy diferentes de los iconos, auténticos laboratorios en los que experimentar con las ideas. Y, al igual que una ciencia o una religión, fueron impulsadas por la búsqueda de la verdad. El tema común a todas estas obras es Rusia: su personalidad, su historia, sus costumbres y tradiciones, su esencia espiritual y su destino. De una manera extraordinaria, tal vez exclusiva, la energía artística del país estaba dedicada casi por entero al intento de aprehender el concepto de su nacionalidad. En ningún otro lugar del mundo el artista ha sufrido tanto la carga del liderazgo moral y de ser profeta nacional, ni tampoco ha sido más temido y perseguido por el Estado.
  • Milagros Fernándezcompartió una citahace 2 meses
    hay un temperamento ruso, unas costumbres y unas creencias nativas, algo visceral, emocional, instintivo, transmitido de generación en generación, que ha contribuido a dar forma a la personalidad y a mantener unida la comunidad. Y este temperamento escurridizo ha resultado ser más duradero y más significativo que cualquier Estado que haya gobernado Rusia: le dio al pueblo el espíritu para sobrevivir a los momentos más oscuros de su historia, y mantuvo unidos a quienes huyeron de la Rusia soviética después de 1917
  • Milagros Fernándezcompartió una citahace 2 meses
    Los famosos primeros versos del poema épico de Pushkin El jinete de bronce (1833) (que todos los alumnos rusos se saben de memoria) acabaron de cristalizar el mito de la creación de San Petersburgo a manos de un hombre providencial:

    Sobre una orilla, junto a las olas desoladas

    Él se situó, con elevados pensamientos,

    Y contempló la lejanía…[11]

    Gracias a esos versos de Pushkin, la leyenda se incorporó al folclore. L
  • Milagros Fernándezcompartió una citahace 2 meses
    . Los rusos decían que Pedro había construido la ciudad en el cielo y luego la había hecho descender, como un modelo gigantesco, sobre el suelo. Era el único modo de explicar una ciudad erigida sobre la arena. La idea de una capital sin cimientos firmes en el terreno era la base del mito de San Petersburgo, que inspiró tanta literatura y tanto arte ruso. Según esa concepción mitológica, San Petersburgo era una ciudad irreal, un reino supranatural de fantasía y espíritus, un extraño dominio del Apocalipsis. Fue el hogar de las figuras solitarias y obsesivas que pueblan los Cuentos de San Petersburgo de Gógol
  • Milagros Fernándezcompartió una citahace 2 meses
    enorme roca de granito para el pedestal de la estatua ecuestre de Pedro el Grande que hizo Falconet tenía doce metros de altura y casi treinta de circunferencia. Con un peso de casi 660.000 kg, hubo que emplear a mil hombres para que la arrastraran durante dieciocho meses, primero mediante una serie de poleas y más tarde sobre una gabarra construida especialmente, a lo largo de los trece kilómetros que había entre el claro del bosque donde la habían encontrado y la capital
  • Milagros Fernándezcompartió una citahace 2 meses
    Pedro estableció una Tabla de Rangos que ordenaba a los nobles según sus oficios (en vez de según su nacimiento) y permitía que los comunes recibieran un título nobiliario por sus servicios al Estado.
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