A.M. Homes

defecación. Llegué a la oficina manchado por las marcas rojas de mis intentos.
–Parece q

como estar perpetuamente en un asilo para moribundos; la pena es demasiado extrema. Ésa es mi especialidad, llegar hasta los límites, re

Las tragedias de otras personas son un alivio.
–Interesante –dice mientras retira la carne de la parrilla. Corta el filete, del que sale sangre.
–¿Qué te parece así?
–Perfecto.
Sonrío mientras

Quiero decirle que tengo una aventura. Quiero hacer que se vaya, probarle que no me quiere lo suficiente. Quiero terminar con todo.
–Tengo

¿Adónde vas?
–No lo sé.
–¿Cuándo vuelves?
–Nunca. No voy a volver.
–Entonces es que no te vas –dice ella.
–Te odio.
Me casé con

Estoy permanentemente desnutrido, no hay suficiente amor en el mund

–Quiero vivir –le digo–. Pero no sé cómo

–Hay que ponerle bragas a Kate –le digo a Susan, que corre horrorizada escaleras abajo y se lleva a las dos hacia el patio trasero.

–Hay que ponerle bragas a Kate –le digo a Susan, que corre horrorizada escaleras abajo y se lleva a las dos hacia el patio trasero.

Pienso en un vínculo, quiero un vínculo.

–Quieres algo que no tengo –me contesta.

Estoy en mi escritorio, divagando, recordando el verano en que mis padres se divorciaron y cancelaron mi bar mitzvah1 debido a la falta de interés de todas las partes implicadas.