Rita da Costa

Pero Sontag, que veía de un modo tan claro la mezcla de luz y sombra en sí misma, era incapaz de trasladar esa percepción de los matices a su propio país.

temía estar perdiendo lo poco que quedaba de una identidad que nunca había estado segura de poseer.

«Existir es un hábito que no renuncio a adquirir.

Susan, «ya han sido enunciadas las [reflexiones] más optimistas y más lúgubres, las más necias y más sabias. Pero nunca la necesidad de recibir consejo espiritual individual había sido más acuciante.»

Un mayor conocimiento traía consigo la destrucción paulatina de las formas de consuelo que en tiempos habían brindado esperanza a la humanidad.

«La única confesión sincera es la que hacemos de forma indirecta, hablando de los demás.»

«Puede parecer intolerable que Cioran recomiende –como hace a menudo– resistir la vulgar tentación de ser feliz y el “callejón sin salida de la felicidad”», escribió Susan

«La religión es seguramente, después del sexo, el recurso más antiguo que los seres humanos tienen a su disposición para alcanzar el éxtasis», señaló Sontag.

Sencillamente no sería capaz, por carácter, de usar la clase de experiencia directa, inmediata, en primera persona, que Mailer emplea en sus ensayos, pero eso es precisamente lo que lo hace tan efectivo», dijo el año que viajó a Vietnam

«Sería bueno que cada uno de nosotros albergara un Vietnam en su interior», dijo JeanLuc Godard.