Una broma de la época comunista: un tipo se retira, y por haber sido un empleado excepcional lo premian, no con un reloj, sino con un coche nuevo, y le dicen en la oficina que es muy afortunado: le entregarán su coche en tal fecha, en veinte años.
—¿Por la mañana o por la tarde? —pregunta el tipo.
—¿Qué más da? —contesta el oficial.
—Es que ese mismo día vendrá el fontanero