Lucas Buch

  • juan diego esquivias padillacompartió una citahace 2 años
    Mujer que con 28 vence —o eso parece— la más dura batalla. ¿Cuál fue su secreto? Poco después de su fallecimiento, un periodista se dirigió a su marido:
    —¿Qué le dirá a su hijo Francesco cuando pregunte por su madre?
    —Seguramente le contaré lo hermoso que es dejar que te ame Dios, porque si te sientes amado puedes hacer todo.
  • juan diego esquivias padillacompartió una citahace 2 años
    terminar, no le da una solución, sino solo una frase de la Escritura, para que la medite: «Cuando Dios abre una puerta, nadie la cierra; cuando Dios la cierra, nadie la abre» (cfr. Ap 3, 7). Pero ¿qué quiere decir? Muy sencillo: si es de verdad tu esposo, estate tranquila, porque nadie te lo quitará.
  • juan diego esquivias padillacompartió una citahace 2 años
    niña nace y, cuando su madre la coge, su corazón late todavía. Luego la pasa a su padre. «Miraba a Enrico con nuestra hija en brazos: tan orgulloso de ella. Estaba segura de que no habría podido tener un padre mejor» (50). El padre Vito entra en la habitación para bautizar a la pequeña: Maria… Grazia… Letizia… La niña falleció media hora después de nacer. El mismo Enrico la llevará al depósito de cadáveres. Han sido unos minutos inolvidables. Cuando, unas horas más tarde, el matrimonio vuelve a su casa, Chiara susurra: «¿Sabes que volvería a hacerlo?»; y su marido contesta: «Yo también lo repetiría» (59).
  • juan diego esquivias padillacompartió una citahace 2 años
    Chiara está en la semana 14 de embarazo, de un embarazo que no va a ser fácil. Aparte de las complicaciones médicas que van surgiendo, lo que más les hace sufrir es la actitud de mucha gente, ¡incluso personas cercanas! Algunos les aconsejan que aborten —«están a tiempo», dicen—. Otros se empeñan en entender por qué les ha sucedido eso, y elucubran sobre cuestiones genéticas, tensiones psicológicas, incluso una maldición… Muy pocos logran entender la alegría que irradia el matrimonio: «¡Qué pena!, precisamente a vosotros...». Ellos, en cambio, han sabido acoger a la pequeña como lo que en realidad es: un don de Dios —¿qué pena?—.
    Ya han pensado el nombre que le van a poner: Maria Grazia Letizia. María, por la Virgen; Grazia, porque es un don; Letizia, porque les ha llenado de alegría. Con la pequeña, reciben el don de una vida —un alma— a la que acompañar al Cielo. Además, descubren una verdad profunda: que hemos nacido para la eternidad, que la vida presente es un tiempo de paso... y nada más. Enrico lo resumía así: «Maria Grazia Letizia nos ha hecho abrir el corazón. Abres la puerta y entra la gracia, el amor verdadero, el sentido de la vida, la eternidad. Eso es lo que ha hecho Maria Grazia Letizia» (40). Su alegría es inmensa.
  • juan diego esquivias padillacompartió una citahace 2 años
    os días más tarde es el funeral. Es extraño: es un funeral… alegre. Los padres de la pequeña están vestidos de blanco, radiantes. No se encuentran en el primer banco, sino en el coro: él toca la guitarra; ella el violín. Al terminar, acompañan el ataúd blanco hasta el cementerio. Han preparado un precioso recordatorio. Junto a una imagen de la Virgen con el Niño en brazos, una frase: «Hemos nacido para la eternidad, para no morir ya nunca más».
  • juan diego esquivias padillacompartió una citael año pasado
    El aprendizaje de Chiara y Enrico todavía no ha concluido. En realidad, no ha hecho más que empezar. Unas semanas después del nacimiento de Maria Grazia Letizia (y de su muerte), tras realizar las pruebas pertinentes y someterse a los tratamientos oportunos, Chiara y Enrico viajan a Medjugorje. Van para dar gracias a la Virgen por tantas cosas: los meses de embarazo, los pocos minutos que estuvieron con su hija, la posibilidad de acompañarla en su camino hacia el Cielo. Piden también algo: un hijo.
  • juan diego esquivias padillacompartió una citael año pasado
    Entierran a su segundo hijo, pero están felices. Para la ocasión, han preparado un cartel con algunas fotos del pequeño. En él se lee una frase que resume lo que Dios les ha ido mostrando: «Lo importante en la vida no es hacer algo, sino nacer y dejarse amar».
  • juan diego esquivias padillacompartió una citael año pasado
    una idea de san Francisco que Chiara y Enrico tenían muy presente: «Lo contrario del amor no es el odio, sino la posesión» (55)
  • juan diego esquivias padillacompartió una citahace 10 meses
    inicios de 2012, cuando el desarrollo de la enfermedad comenzaba a manifestarse en lo delgada que estaba y en fuertes dolores en la espalda, a veces no podía ni siquiera coger a su hijo. Un día se desahogaba por teléfono con una amiga: «Quiero una vida normal. Es mi ídolo. Vito me ha dicho que debo soltarlo, pero me cuesta.
  • juan diego esquivias padillacompartió una citahace 10 meses
    Finalmente, el 4 de abril, el médico comunica a Enrico el estado de su esposa: las lesiones son fruto de una metástasis; Chiara es una enferma terminal. Vuelve junto a ella y la lleva a la capilla. No le dice nada; su silencio es más elocuente que todas las palabras del mundo. Se abrazan y se repiten las promesas matrimoniales. «Solo no me digas cuánto me queda —le pide Chiara—, porque quiero vivir el presente» (120).
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